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Teórico 13 – La importancia de entender cómo funcionan las cosas (18/06/2013)

Cuando hablamos de “programar o ser programados” a lo que nos referimos principalmente es a que la tecnología tiene cierto sesgo. Los dispositivos están hechos de cierta forma y responden según cierto modo de funcionar de acuerdo a cómo fueron diseñados. El asunto es que en algún punto limitarnos a actuar de acuerdo a como el dispositivo requiere, limita nuestra libertad. Si sólo operamos con los objetos tal como fueron diseñados para ser operados, no estamos siendo del todo libres.

Apropiarnos de la tecnología es lo que efectivamente hacemos cuando fabricamos herramientas. Tomamos ciertos elementos de la naturaleza y los modificamos para construir algo nuevo que nos permita realizar nuestros propósitos.

En sentido estricto, una piedra no fue ‘hecha’ para golpear una nuez y abrirla. Un palo no fue hecho para que al adherirle una piedra afilada se convierta en una hacha, pero esta sí fue hecha para cortar otros objetos. Ese es el paso que podemos dar con nuestras herramientas: alejarnos de su alegado “propósito original” y llevarlas hacia donde nosotros queremos.


La realidad como una cocina

La idea a la que nos arrimamos es la recuperación de aquellos recursos con los que contamos sin tenerlos en cuenta. Un ejemplo cotidiano de creación de objetos o productos es la cocina. Cuando cocinamos contamos con materia prima variada para hacer nuevos productos. No nos asombra en absoluto la diversidad de materiales con los que contamos. Una salvedad es que no solemos armar nuevos utensilios de cocina – herramientas – mientras cocinamos, sino que nos limitamos a usar las herramientas con las que contamos y aplicándolas a nuestros materiales o ingredientes generamos estos nuevos productos (o platos).

¿Y qué tal si concibiendo a la realidad como una cocina empezamos a pensar en todo lo que nos rodea como ingredientes?

Reciclaje y creatividad

La concepción de los objetos como responsables de cumplir un único propósito resulta en la producción de enormes cantidades de basura una vez que ya no pueden cumplirlo. Al no incorporar la idea de que los objetos luego de su propósito original pueden servir a un nuevo propósito (que depende principalmente de nuestra creatividad) se pierde la oportunidad de contar con ellos como valiosa materia prima.

Se vuelve interesante, entonces, ver qué propósito podemos encontrarle nosotros a aquellas cosas que de algún modo perdieron el propósito original. Por ejemplo, se puede tomar latas de aluminio vacías y convertirlas fácilmente en amplificadores de señal WiFi  o con un poco más de complejidad, podemos recuperar las lectoras ópticas de las PCs que quizás ya no sirven para leer discos y convertirlas en alimentadores automatizados para gatos.

Basura electrónica como fuente de ingredientes

Cuando se trata de basura electrónica, en la mayoría de los casos hay algún componente que puede recuperarse. Aquí aparece la importancia de entender cómo funcionan las cosas. Al interiorizarnos en el funcionamiento de los componentes de los dispositivos – de las partes de las cosas que usamos a diario – podemos reconocer que aunque el control remoto, por ejemplo, ya no sirva como tal, tiene partes que siguen funcionando. Podríamos recuperar los LEDs y resistencias y aplicarlos en cualquier proyecto que lo requiera. La carcasa o mismo el portapilas podría resultar beneficioso para algún hack en el que trabajemos. Lo que tenemos son objetos funcionales complejos que pueden dividirse en otros objetos funcionales de menor o igual complejidad que pueden seguir siendo útiles aunque los primeros ya no lo sean.

Ética hacker

«Hacker, usando la palabra inglesa, quiere decir divertirse con el ingenio usar la inteligencia para hacer algo difícil. No implica trabajar solo ni con otros necesariamente. Es posible en cualquier proyecto. No implica tampoco hacerlo con computadoras. Es posible ser un hacker de las bicicletas. Por ejemplo, una fiesta sorpresa tiene el espíritu del hack, usa el ingenio para sorprender al homenajeado, no para molestarle.» (R. Stallman)

Libertad

A través de la recuperación de aquello que nos sirve de los desechos ejercemos la libertad de hacer que los objetos con los que interactuamos o disponemos funcionen de acuerdo a como nosotros queremos, una vez que ya no funcionan como fueron concebidos originalmente. ¿Pero cómo logramos eso? ¿Cómo ejercemos esta libertad?

Autonomía y autodidactismo

El otro asunto que nos va a interesar, entonces, es el de la autonomía. Resulta afortunado tener cierta independencia cuando estamos haciendo cosas. Por eso se vuelve tan importante el asunto de disponer de recursos para poder aprender y recuperar como valor el autodidactismo: la capacidad de aprender por uno mismo.

Cuando uno concibe al aprendizaje en la escuela, uno lo concibe como un proceso que va del profesor al estudiante. La idea de que el profesor cuenta con cierto conocimiento que le es transferido al alumno trae muchísimos problemas conceptuales. Para empezar, asume que existe algo así como “el conocimiento” que está definido y “almacenado” en el profesor, que eventualmente puede transmitirlo al estudiante. Eso hace ruido por todos lados. Implica quietud, implica que el conocimiento es algo estanco. Implica que el conocimiento es algo que, como si fuera agua, pasa de un contenedor a otro.

«David Perkins (1999) define la comprensión como “la habilidad de pensar y actuar con flexibilidad a partir de lo que uno sabe”, poniendo especial énfasis en que se trata de un desempeño, y no de una representación mental. Sostiene que, para apreciar la comprensión de una persona en un momento determinado, es necesario observarla realizando una tarea concreta, desafiante, que ponga su comprensión en juego. Explicar un concepto o un proceso, resolver un problema, construir un argumento, armar un producto, vincular y aplicar sus conocimientos de maneras que van más allá de la memorización de datos y las habilidades rutinarias son ejemplos de desempeños de comprensión.» (G. F. Panizza)

Y eso no es así, o al menos tenemos fuertes intuiciones de que eso no es así como también parecería que tenemos fuerte evidencia de que no es así.

Del maestro escolar al mentor o maestro socrático

En cambio, podemos tomar otra noción: la del mentor. El mentor no viene a transmitir la luz, sino que es más parecido a la figura de maestro socrático. Sócrates, en su mayéutica, lo que propone es interrogar a una persona para hacer que llegue al conocimiento a través de sus propias conclusiones y no a través de un conocimiento aprendido o pre conceptualizado. Se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo, y, según él, supone la idea de que la verdad está oculta en el interior de uno mismo. Entonces, este maestro filósofo, en oposición al maestro escolar, lo que hace es ayudar a la persona a que de a luz  a sus propias ideas. Y eso es lo que viene a hacer el mentor.

Mentor como guía

Estos mentores son personajes como Morfeo de “The Matrix” o el maestro Yoda de la saga de “Star Wars”. El mentor es la persona que nos va a orientar, nos va a dar las herramientas técnicas y conceptuales y nos va a destrabar. Efectivamente, tiene más experiencia que uno mismo y probablemente se haya encontrado previamente con algunos de los errores que cometemos o los problemas a los que nos enfrentamos y haya tenido que resolverlos oportunamente.

La comunidad como mentora y comunidades de mentoría

Este rol del mentor, en la actualidad, puede ser cumplido por varias figuras   diferentes. Mientras que en el pasado el mentor estaba relacionado con aquel que velaba por el bienestar de sus discípulos y procuraba su enseñanza, muchas veces aislados en abadías o academias, ahora el mentor podría ni siquiera ser una sola persona. El “mentor” ahora podría ser entendido como una comunidad entera y de esta forma tenemos comunidades de mentoría.

La era dorada del tutorial

Uno de los ejemplos más elocuentes de este tipo de comunidades es Instructables
, donde justamente lo que la gente hace es subir sus propios tutoriales. Se suben tanto tutoriales para hacer una torta de chocolate como tutoriales para hacer el alimentador automatizado de gatos que mencioné más arriba. En este caso es la comunidad la que empieza a funcionar como mentora, y el conocimiento ya no tiene siquiera sentido concebirlo como algo que está definido y es transmitido de unos a otros, sino más bien es afortunado concebirlo como siendo construido entre todos.

Horizontalidad en la generación de conocimiento

Porque el conocimiento en estos casos es generado de forma horizontal y ya no vertical. No hay clara transmisión de conocimiento de un maestro a un estudiante, sino que hay transmisión de conocimiento en red. El conocimiento es construido y transmitido entre todos. Esto recae en la recuperación de loamateur.

El retorno del amateur

El amateur, del francés ‘amante de’, es aquella persona que se entusiasma por cierta ocupación, estudio o ciencia de una manera no profesional. La mayoría de ellos no tienen estudios formales en el tema que los atrapa y son autodidactas. No es que en las comunidades mentoras no haya expertos (los hay y a montones) sino que los participantes suelen preferir reconocerse, justamente, como amateurs. Este reconocimiento de cada uno como alguien que tiene cierto conocimiento de algún interés, pero hasta un punto. A pesar de la presencia de los expertos, la sinergia se da a partir del conocimiento fragmentado entre los participantes de la comunidad, que será tan único como los intereses de cada uno de ellos.

«El desafío como motor. Czikszenmihalyi (1990), en su teoría del «flow» («fluir», en inglés), destaca el papel primordial que cumple la relación entre la dificultad de la tarea y la sensación de competencia en la configuración del reto óptimo. El equilibrio entre el desafío y las habilidades provoca una experiencia profundamente satisfactoria en el sujeto que deriva en un estado de concentración plenaexperiencias cumbre. Si el desafío es muy sencillo no suele despertar las ganas de jugar y si parece muy complejo se suele abandonar» (G. F. Panizza)

El problema de ser expertos

Algunos problemas que suponen ser un sabio, o la autoridad máxima en algún campo, son la restricción de nuestro campo de intereses a un fragmento en particular y la dedicación – el tiempo que podemos dedicarle a ese interés. La mayoría de las personas no contamos con suficiente tiempo como para ser los mejores en un área, y la idea justamente no es desestimar a los individuos por su falta de tiempo, sino justamente reconocerlo como una característica.

No podemos estudiarlo todo, no tiene sentido que lo hagamos

Lo que podemos hacer, entonces, es dedicarnos a ejercer nuestra libertad y ejercer nuestra autonomía. Ejercer nuestra libertad aprendiendo tanto como necesitamos aprender, siempre que lo que aprendamos responda a nuestros intereses. Podría darse el caso de que quisiera armar cierto dispositivo que hace uso de alguna tecnología en particular y no tendría realmente sentido que me dedicara a estudiarlo todo al respecto, o que hiciera la carrera de ingeniería en electrónica para resolver ese hack en particular. Esta idea es una de las más interesantes que ha habilitado la tecnología en la actualidad: la educación a demanda.

Educación a demanda

Tenemos la importancia de la libertad, de la recuperación de nuestro medio y de la reapropiación de la tecnología. Luego, la forma en que logramos ejercer esa libertad es a través de nuestra autonomía, que no representa una búsqueda por el aislamiento sino por la participación de los individuos como actores y ya no como espectadores. Serán estos actores, que gozan de cierta autonomía, los que forman comunidades de libre circulación del conocimiento, que se da de forma horizontal.

Este conocimiento, entonces, es transmitido de forma libre e irrestricta entre los participantes de la comunidad y es consumido de acuerdo a los intereses de cada uno.

Acerca de los intereses personales

En última instancia, los individuos pueden formarse de la manera más interesante que hay de formarse. En tanto somos únicos y nuestra individualidad está marcada por cuestiones biográficas, nuestro conjunto de intereses debería ser, también, único. O al menos variar en algún punto (después de todo las comunidades suelen formarse por individuos con intereses en común), aunque es la variedad lo que le da riqueza a estas interacciones: la diferencia entre los individuos. En vista de esto, no tiene sentido que todos estudiemos exactamente lo mismo porque no nos va a servir eso. Por supuesto que todos deberíamos tener ciertos conocimientos en común, como el conocimiento que remite a nuestro funcionamiento como parte de la sociedad; el conocimiento ético y ciudadano, las leyes, los códigos en común (lenguaje, señalética, y los ejemplos sobran).

Uno es mejor en lo que le interesa

Pero luego, los intereses que median en el resto del tiempo deberían responder más bien a lo que uno puede hacer y quiere hacer. No me refiero a lo que uno puede ser en tanto contemplación de nuestras limitaciones, sino a aquello en lo que tenemos interés genuino en hacer. Uno suele ser mucho mejor en aquellas cosas que tiene interés de hacer que en las que no, y cuando intentamos forzar intereses aumenta la probabilidad de fracaso escolar. Se incrementa la sensación de que no se tiene impacto en el mundo, no se consigue el papel de actores sobre nuestra realidad.

Impactar en la realidad

Se vuelve importante garantizar la libertad de las personas para alterar las cosas que los rodean, la instrucción de tal forma que puedan ser autónomas y puedan aprender sin la necesidad exclusiva de mentores la mayor parte del tiempo (contemplando ahora que ese rol no sólo puede cumplirlo un maestro sino que puede cumplirlo uno mismo o la comunidad). Al lograr que los individuos puedan explotar sus intereses particulares, obtenemos comunidades más ricas. Así, al interiorizar las personas esta sensación de que hacen algo y tienen un efecto en el mundo, obtenemos sociedades culturalmente enriquecidas.

“No necesitas el permiso de nadie para hacer algo grandioso.”
Massimo Banzi (co-fundador de Arduino)

Actores

Las personas quieren sentir que son actores efectivos en el mundo y no meros espectadores de las acciones de otras personas. Quieren sentir que sus acciones tienen las consecuencias pretendidas y tendrán éxito para completar sus objetivos (en gran parte de esto trata la sensación de tener control). La mayor parte del tiempo nuestras vidas se sienten pequeñas e intrascendentes. La sensación de que no afectamos el mundo que nos rodea (o no tanto como los demás) es malo inclusive para nuestra salud. Las personas tienen una necesidad de ser actores; de contar como actores.

Las escuelas y universidades no generan actores

Las escuelas y universidades suelen generar situaciones en las que las personas no se sienten como actores, y es por esto que estos ámbitos no son buenos indicadores de nuestra capacidad como actores en el resto de los ámbitos. Para ser actores, las personas necesitan tanto oportunidades reales para serlos y modelos efectivos de acciones. Necesitan ver que actuar realmente importa y necesitan ver qué es una acción efectiva.

Ver para creer: los resultados tangibles

Las personas necesitan creer que sus acciones tienen resultados exitosos y que esos resultados no están predeterminados por las acciones de unos pocos. Necesitan ser parte de una comunidad que los oriente en la identificación de lo que cuenta como una acción efectiva y que les demuestre que las acciones de una comunidad pueden ser efectivas y no quedarán opacadas por otros más privilegiados.

«Cada vez más personas deben – y gracias a los medios digitales pueden – encontrar dignidad y agencia fuera de los circuitos cotidianos. Un ejemplo son las comunidades que mencionamos donde se comparte y produce conocimiento alrededor de una miríada de intereses o pasiones. Se comprometen con estos espacios no por dinero, sino por una sensación de pertenencia y contribución como conocedores y actores.

Buscan dignidad fuera del “mercado”, fuera de sus trabajos o de la opinión de una sociedad basada en el mercado o capitalista signada por la búsqueda de beneficios económicos y la concreción de objetivos a corto plazo, despreocupados por los valores más allá del de las acciones.

Muchas personas que no buscan refugio “fuera del mercado”, simplemente miran TV cuando llegan a sus casas, se estupidizan y generan un masivo “sobrante cognitivo” de potencial energía y agencia humanas que se queda en desuso, desperdiciada y atrofiandose.» (J. P. Gee, “Anti-Education Era”)

A diferencia de lo que sucede en las comunidades de mentores y productores de conocimiento, las personas resultan consumidores y no productores.

Los desarrollos de entusiastas son únicos porque no buscan lograr un resultado económicamente viable o eficiente. Sólo buscan la resolución de un problema.

Eso permite la expansión de la creación humana sin el gigantesco filtro de lo económicamente viable.

Las herramientas como actores sobre la realidad

Dado que los objetos, la tecnología, las máquinas, se han vuelto actores sobre nuestra realidad, como sostiene  Bruno Latour, tienen un impacto directo sobre el mundo. Esto vuelve absolutamente inaceptable que las máquinas tengan un rol más activo sobre la realidad que las personas. Es el ‘ser programado’ al que alude Rushkoff cuando nos advierte que “debemos programar para no ser programados”. Ese es un genuino robocalipsis, es el momento en el que la máquina nos sobrepasa.

El sentido de aprender a programar

Pero tampoco se trata de ir al extremo y decretar que a partir de ahora la gente debe programar; que como la computación atraviesa todos los ámbitos cotidianos, lo que nosotros necesitamos es una sociedad de programadores.

Se trata, más bien, de entender cómo funcionan las cosas, de interiorizar cuál es el funcionamiento pero no necesariamente para poder replicarlo. No se pretende que podamos hacer absolutamente todo lo que hace un ingeniero, porque quizás nuestro interés es otro. El asunto es recuperar los intereses de las personas y darles el poder para que realicen todo aquello que quieran realizar.

No todos quieren aprender a programar

Una de las principales críticas que surge cuando se propone enseñarle a programar a todas las personas es que no todos quieren aprender a programar. ¡Y es una crítica legítima! Por eso debemos enseñar a programar de una mejor manera. Enseñar qué es un algoritmo, cómo es la manera en que las computadoras resuelven los problemas, y tomar aquellos conceptos que son complejos y explicarlos de manera que las personas puedan relacionarse con ellos. Hacerlos asibles por las personas. Ese es el rol de la metáfora como recurso explicativo. Cuando intentamos explicar cómo funcionan las cosas debemos servirnos constantemente de recursos para que nuestros destinatarios puedan relacionarse con aquello que intentamos comunicar.

Desmantelando la caja negra

La idea que quisiera recuperar es justamente la descajanegrización de los objetos, cuando se le pierde el miedo a la complejidad y se trata de abordarla de la forma que prácticamente sea más eficiente. “Prácticamente” porque me refiero a la oportunidad de que todo esto se convierta en acción; en hacer. En que el conocimiento que adquieran las personas puedan tomarlo y aplicarlo sobre su vida cotidiana. La idea que nos motiva para cambiar la forma en que se enseña es la importancia de entender cómo funcionan las cosas. Inculcar, desde la más temprana edad, que los niños – concebidos como pequeños científicos – son en realidad pequeños hackers.

El niño científico

Los niños, que son en cierto sentido científicos, son curiosos. Necesitan relacionarse con la realidad de primera mano. No importa lo que uno le diga al niño, irá hacia la estufa y se va a quemar. A fin de cuentas termina siendo propicio que eso suceda: el conocimiento que adquiere es algo que no podría haber entendido nunca si sólo se lo describimos.

No estoy sugiriendo que este niño científico, que no toma las afirmaciones por autoridad, no teme explorar la realidad y experimentar en ella, suba al Himalaya para conocer lo que es el frío. Estoy sugiriendo, en cambio, que protejamos firmemente la curiosidad. Recuperarla como valor central de la educación. Pensar de qué forma podemos hacer que la educación en todos sus niveles tenga como eje a la curiosidad y como método a la explotación de la creatividad.

Del niño científico al niño hacker

Es precisamente la creatividad aquello que nos separa de las máquinas. Si hay algo que no podemos replicar computacionalmente son los procesos creativos de los seres humanos. A pesar de esto, la mayoría de preguntas que se le hace a los estudiantes tienen que ver con la memoria y no se prioriza la creatividad. Se prioriza la repetición textual de información. El problema es que nuestra memoria es pésima. Tan mala es que resulta desafortunado que la memoria de las computadoras se llame igual que la nuestra. No deberíamos, entonces, tener una forma de relacionarnos con el conocimiento, de trabajar con el conocimiento, que subestime a la creatividad, que no la tome como valor central.

Sólo aprendemos aquello que nos interesa. Debemos orientar cualquier emprendimiento educativo bajo esa premisa. Explorar los intereses personales y cultivar otros para enriquecernos.

Si quieren leer más acerca de las actividades que hacemos con Wazzabi pueden visitar nuestro sitio web.

Algunos hacks

Comentarios

  1. Lucila Chiesa

    Buenas a todos! celebro el teórico de ayer, fue muy disfrutable y en consonancia con un nuevo modo educativo como se planteaba.. donde me parece muy importante la interacción, participación y motivación.
    Hoy vi circulando en las redes una imagen que me hizo recordar al debate que se generó al final del teórico sobre el sistema educativo, y como les cuesta a algunos chicos encajar en lo que las instituciones demandan, en vez de que las escuelas/universidades tomen las propuestas e intereses de los alumnos y puedan potenciarlo.
    http://www.facebook.com/photo.php?fbid=258241660945504&set=a.274932775943059.45239.138334929602845&type=1&theater

    Ahora nos queda aprender a desaprender!
    Saludos

  2. M Belén Karamanukian (martes 21 a 23hs - Clara Ciuffoli)

    En la edición de hoy del diario Clarín justo se trató en una nota y en una entrevista el tema de la educación/tecnología HOY, que fue uno de los tópicos del teórico de Valentin.

    Uno habla de la «»DISTRACCIÓN»» de los alumnos en el aula por la tecnología.
    y la entrevista habla de los roles que se cumplen una vez entregadas las notebooks en las escuelas, ej: la preparación de los docentes

    http://www.clarin.com/educacion/Dar-netbook-maestros-preparados-sirve_0_943705660.html

    http://www.clarin.com/educacion/Advierten-ahora-chicos-distraen-tecnologia_0_943705659.html

    Me parece super interesante que estos debates se den en este ámbito, ya que en nuestra institución la mayoría de las cátedras todavía no se pueden adaptar a esta nueva etapa de los medios de comunicación y como eso afecta al rendimiento académico y a los intereses personales.

    Saludos.
    MBK

  3. Arenas Diana comisión 13 (mier 17 a 19hs)

    Buenisimo teórico!Justamente desde principio de año empecé con mi curiosidad de complice a desarmar aparatitos que a mis allegados no les funcionaban más: celulares, parlantes. No innové en nada pero fuí aprendiendo cosas básica sobre el funcionamiento de estas nuevas tecnologías y pude hacer reparaciones y todo.

  4. Melina Di Iorio Comision 11

    Hola a todos!
    Esperaba que suban el teórico número 12 para hacer este comentario pero como no está online lo publico aquí.
    Me pareció sumanente clara e ilustrativa la clase del 11-06.
    Los usuarios somos distraídos y en poco tiempo necesitamos adquirir información: la solución viene de la mano de las infografías.
    Les comparto un ejemplo que muestra qué es una infografía.

    http://ticsyformacion.com/2013/06/12/que-es-una-infografia-infografia-infographic/

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