HIPEROBJETOS, NUEVAS TEMPORALIDADES Y LAS PARADOJAS DE LA COMPLEJIDAD
FUNDAMENTACIÓN Y PROPUESTA DE TRABAJO
La publicación durante los dos últimos años de un maremoto de obras que critican los usos sociales y políticos de los algoritmos -entre ellas las citadas mas abajo como bibliografía de referencia-, deja más que bien sentado el infantilismo de quienes creen que la tecnología va a solucionar los problemas políticos, sociales, económicos, y culturales globales (con thinktanks como Singularity University a la cabeza).
Ese infantilismo sobrevuela gran parte de los experimentos políticos latinoamericanos (pero a esta altura no solo de ellos), independientemente de los muchos señalamientos que hemos hecho durante años acerca de la levedad de la propuestas algorítmicas, y de su inaplicabilidad a contextos turbulentos, que ahora no son solamente los nuestros, sino que se esparcen como aceite por distintos lugares del mundo.
Pero el énfasis en los enfoques teóricos profundos o densos no proviene de esas críticas (interesantes e interesadas como son las obras de O’Neill, Broussard, Tenner o Sadin y tantos otros), sino que se origina en otras lecturas y propuestas que recuperan una impronta que siempre fue la de la cátedra.
Porque lo que nos singulariza es un movimiento de tijeras, que si por un lado distingue, discrimina, inventa fenómenos actuales, y deconstruye objetos (in)visibles, por el otro plantea miradas de largo plazo que no están centradas en las tecnologías del presente, sino en flujos centenarios o milenarios, en neo-temporalidades, y en recorridos que tejen a actores y actantes sin cesar en una danza de complejidad sin fin.
Porque superpone a esa detección y descubrimiento, un enfoque de larguísimo plazo (la longue durée braudeliana), que trata de identificar por un lado la especificidad de lo que nos hace humanos (en este caso en contraposición con la inteligencia artificial), y por el otro la continuidad de nuestra naturaleza con la evolución biológica -hasta cierto punto.
A la inversa, nuestras lecturas buscan al mismo tiempo identificar los cortes y discontinuidades que obligan a mudar de enfoques epistemológicos y filosóficos, para cernir dónde estamos parados, cuánto podemos asir, en qué medida nos limita nuestro entorno (o nos potencia antes de que lo exterminemos, -Antropoceno mediante-), y hasta qué punto la tecnología es nuestra aliada o nuestra rival cuando se trata de “aumentar” las potencias de lo humano y no de reducirlas al libre alberdrío de las máquinas.
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