Teórico N° 7. Futuros imaginables. Del diseño especulativo para imaginar algoritmos sociales a la realidad de la impresión 3D.

Esta clase ha sido muy inspirada por la reseña de Jorge Camacho “Sinécdoques físicas: el diseño especulativo”, y por el post de Alejandro Piscitelli “Introducción al diseño especulativo: ficción, hackeo y social dreamming”. Reproduzco aquí la mayor parte de sus inspiradoras ideas.

Comencemos esta clase con una pregunta: ¿Te comerías un sandwich de salame…hecho con un cultivo de carne de Kanye West? El año pasado, la compañía BiteLabs invitó al público a expresar en un hashtag de twitter la carne cultivada de qué celebridad le gustaría comer.

Si nos paramos  en algunos principios básicos del diseño, vemos que los productos innovadores suelen cumplir tres condiciones: viabilidad financiera, deseo del mercado y disponibilidad tecnológica. Del cruce de estas tres características puede nacer un producto innovador. Desde luego, la empresa declara que el negocio es viable y que la tecnología está disponible. El problema aquí más interesante tiene que ver con el deseo. Entendemos que la gran mayoría de la gente podría encontrar la idea no indeseable, sino repulsiva. ¿Cuál es el punto de la idea entonces? En una declaración de prensa, el creador de la start-up argumenta que uno de sus objetivos principales es el de promover una discusión amplia con respecto a la bioética, la carne cultivada en  laboratorio  y la cultura en torno a celebridades.

El diseño es una disciplina que se abre siempre hacia el futuro, por más cercano al presente que éste sea, y por más viable, comercializable y reproducible que sean sus emprendimientos. Pero desde hace unos años, algunas corrientes críticas del diseño, tales como el diseño crítico,  o el diseño participativo, se han abocado a poner en cuestión especialmente el aspecto de “deseabilidad” del diseño para abrirlo a pensar, especular sobre un futuro factible tecnológicamente, viable financieramente ¿pero deseable socialmente? , e interrogarse sobre futuros posibles a partir del diseño de prototipos. Esto es lo que precisamente hacen los autores de este libro,  Diseño especulativo. Los autores  Anthony Dunne y Jessica Raby,  son diseñadores de ideas y proyectos que piensan críticamente sobre el futuro, pero no desde la probabilidad, no en cuanto a lo que ocurrirá, sino en tanto lo que podría ocurrir bajo ciertas condiciones.

El diseño de BitLab es un excelente ejemplo de diseño especulativo. Podría ocurrir, porque se da ciertas  condiciones técnicas, financieras, culturales, pero no sabemos si realmente ocurrirá. Y probablemente si ocurre, la mayoría de nosotros no lo deseemos. Sería el futuro como podría ser, no como será. Y esa especulación es muy interesante, porque abre camino a las preguntas ¿es éste el futuro que deseamos? y  a la crítica, por ejemplo  del excesivo culto a las celebrities.

Como sin duda se imaginarán, traemos a cuento el diseño especulativo para que podamos usar sus principios en el diseño del trabajo final. Pensamos que a partir de esta perspectiva podrían lograr un modelo de algoritmo que, contrariamente a lo que sucede en el mundo de la programación y la informática, donde se trata de optimizar procesos,  pueda reflexionar  críticamente sobre la tecnología.

El foco del diseño especulativo está puesto entonces en el futuro. Como ustedes saben, o se imaginarán, todos los procesos de innovación contienen en sí mismos el valor de futuro, dado que la innovación incluye al menos un rasgo nuevo, que anteriormente a ella no existía en el mundo. Entonces, para poder diseñar especulativamente, es necesario pensar en el futuro. Aquí Dunne y Raby organizan un conjunto de conceptos que les permite enfocarse en el futuro, reflexión en que dicen los autores, el capitalismo ha fracasado,  pero sin caer en la fantasía. Una de las herramientas conceptuales que presentan es este gráfico:

Lo que aquí podemos ver son distintos modos de pensar el futuro: el futuro probable, lo que seguramente ocurrirá: pronto, por ejemplo, tendremos sensores en nuestros pies. Al menos es lo que anuncia Gartner Group para 2016 y lo que anticipó Valentín con las medias con sensores la clase pasada.

Luego, hay un futuro plausible, que demanda una serie de técnicas de investigación para acceder a él, y que tiene lugar en espacios especializados, y demanda conocimientos específicos. Lo que ocurre por ejemplo en labs de innovación, o centros de investigación en diseño. Un ejemplo de futuro plausible podría ser este prototipo de búsquedas en Internet que responde a patrones visuales, no textuales. O esta pequeña impresora portátil.

http://diegeticprototypes.tumblr.com/post/21205222908/petitinvention

http://diegeticprototypes.tumblr.com/post/21153166498/ber

En tercer lugar, está el futuro posible, restringido por las leyes físicas, y más allá de él está la fantasía, terreno que no es de interés del diseño especulativo. Pero entre el futuro plausible y el futuro probable hay un futuro que sí es de interés al diseño especulativo, y es el diseño preferible.

Brewcast: Diegetic Prototype For The Near Future from Stephen Surlin on Vimeo.

Seguiremos con este tema. Lo cierto es que estas nuevas corrientes  de diseño , que salen de la esfera de la fabricación industrial son también consecuentes con nuevas formas de producción de objetos. Así que pasamos la palabra al Ingeniero Andrés Petrillo que nos va a introducir en el mundo de la impresión  3D.

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