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El temible caimán negro

En eso se ha convertido Amazon: en el depredador más grande del Amazonas. No sólo Jeff Bezos logró darle a su empresa la magnitud y extensión del río Amazonas, sino que fue más allá, transformando a la misma en el animal más temible del río y volviendo a los usuarios de la plataforma sus mejores presas. Pero éstas no son las únicas víctimas de este gigante. Tal como señala Scott Galloway (2018), esta compañía con un poder cuasi monopólico ha afectado severamente el desarrollo de empresas más pequeñas, las cuales se ven asfixiadas frente al temible depredador. Cuando el gigante del comercio online anunció que vendería drogas con prescripción, las acciones farmaceúticas bajaron entre un tres y un cinco por ciento, como así también cayeron las grandes reservas nacionales de comestibles luego de la adquisición de Whole Foods, una cadena de alimentos naturales y orgánicos. En este sentido, muchos consideran que Amazon no quiere dominar el mercado, sino que quiere ser el mercado.

Todo pez que nade a su alcance tiene el destino escrito: las mandíbulas del caimán se cierran con una potencia de mordida de 1300 kilos al tiempo que setenta dientes intercalados sujetan rápidamente a la presa dejándola sin salida.

O mais grande do mundo

Verano de 1995. Sentado en el sofá de la casa que alquilaba junto a su esposa en la ciudad de Seattle, Jeff Bezos, diccionario en mano, apuntó con su dedo índice la palabra “Amazon”. “Es el río más grande del mundo”, llegó a leer. Fue entonces que, con la ambición de convertir a su empresa en la más grande del mundo, decidió rebautizar a “Cadabra”, frecuentemente asociada a la palabra “cadáver”, con el nombre del río. Esta astuta elección también se debió al hecho de que, por una cuestión de orden alfabético, su sitio web se ubicaría fácilmente entre las primeras referencias de los buscadores.

Utilizando el garaje de su casa como oficina, el 16 de julio de 1995, el ahora millonario Bezos publicó Amazon.com, un catálogo online de libros para ser comercializados vía web. Dos años después la firma ya tenía presencia en cuarenta y cinco países y las ventas alcanzaban los veinte mil dólares semanales.

La vidriera global: de la A a la Z

“…la sociedad y nuestro cerebro no han logrado aún encontrar frenar ese instinto de que siempre necesitamos más”, afirma Galloway. Frente a este “necesitar más”, Amazon se presenta como una gigantesca vidriera global que nos da una sensación de disponibilidad permanente.

Bezos se propuso crear un imperio del retail digital que pudiera vender cualquier cosa a cualquier persona a un bajo costo, con productos llegando a sus puertas en cuestión de días. Así, a los pocos años de su lanzamiento, Amazon dejó de ser simplemente una librería online y la oferta de productos comenzó a diversificarse. Bajo el lema “De la A a la Z”, el nuevo objetivo de la compañía fue abarcar todas las categorías de productos con la mayor variedad posible. A lo largo del tiempo, Amazon fue incorporando, no sólo productos, sino también servicios, como Prime que, lanzado en 2005, ofrece envíos en no más de dos días por solo 99 dólares al año. Al no implicar ningún costo, los clientes comenzaron a hacer todas sus compras desde la comodidad del sillón.

De esta manera, retomando a José Van Dijck (2016), podemos ver que esta plataforma no sólo nos brinda facilidades a la hora de comprar sino que también moldea nuestras formas de consumir. Un claro ejemplo de esto es el cierre de la compañía de juguetes “Toys R Us” -a principios de este año- debido a que los “cambios en qué y cómo consumen las nuevas generaciones culminaron con los 60 años de historia de Toys R Us”, tal como manifestó su Director Ejecutivo.

En el año 2006 Amazon presentó una expansión abismal, no solo desde lo monetario, sino también desde la innovación. Jeff Bezos buscó expandir su compañía poniéndose como meta nuevos horizontes, entre éstos el cine, a través de Amazon Prime Videos, decisión que le valió la obtención de algunos premios Oscar. Amazon se presentó así como una fuerte competencia para Netflix. En el mismo  año lanzó lo que se considera uno de los mejores negocios de la plataforma, el ofrecimiento de productos y servicios vía computación en nube, Amazon Web Services (AWS), pioneros en este campo. En 2007 la plataforma creó Kindle, un dispositivo electrónico a partir del cual se pueden descargar libros en la nube y leerlos digitalmente. Este dispositivo produjo un drástico cambio a la hora de comprar y leer libros: el formato digital se terminó consolidando. Aunque la compañía ya contaba con tabletas propias, en 2014 lanzó su primer smartphone: el 3D Fire.

El Amazonas está en América del Sur, ¿y Amazon?

La ambición de Jeff Bezos de convertir a su empresa en la más grande del mundo no se detiene. Ese espíritu de competitividad ahora lo pone en el plano de su desembarco en América Latina. Uno de los mayores obstáculos por los cuales todavía no llegó a estas tierras es Mercado Libre, su mayor competidor, el líder de ventas online en Latinoamérica. En el segundo escalafón de competidores se encuentran B2W y Falabella. Por otro lado, romper las barreras de ingreso no es algo fácil: Amazon ha tenido que lidiar con mucho proteccionismo en mercados como Brasil. Pero ni siquiera las restricciones impuestas por los gobiernos parecen ser un límite para el gigante que, con sus servicios web y luego con la venta de libros electrónicos e impresos y películas por streaming, logró insertarse en el mercado brasileño. El mayor desafío para el gigante, sin embargo, se encuentra en que los mercados latinoamericanos están todavía liderados principalmente por tiendas de retail. Otra razón que impide su arribo es el bajo porcentaje de cuentas bancarias o tarjetas de crédito. Este obstáculo fue superado en México, país en el que desembarcó hace tres años: Amazon creó una tarjeta de débito para evitar que la falta de bancarización sea un obstáculo. A esto se suma el Amazon Cash, otro servicio que implementó recientemente la empresa para que los clientes puedan hacer depósitos en efectivo y agregar saldo a la cuenta de Amazon.

Amazon International Shopping es otra solución que encontró Jeff Bezos para poder tener acceso a mercados que todavía no domina. Este nuevo servicio, que dispone de varios idiomas, permite el pago con la moneda local (incluido el peso argentino). De esta manera, la compañía está logrando sortear las piedras que se le presentan en el camino para su desembarco en América Latina.

Hoy, año 2018, la gigantesca plataforma se encuentra en plena negociación con el gobierno chileno para la investigación astronómica, donde se busca el almacenamiento y extracción de los astrodatos provenientes de los telescopios de la nación. Ya no basta, entonces, con una mera expansión territorial sino también espacial. ¿Será Chile la próxima presa de este gigante caimán? ¿Hasta dónde planea llegar el hombre más rico del mundo? Parece que para él ni siquiera el cielo es un límite. ¿Será el espacio su siguiente mercado en expansión?

Autores

Micaela Valosen
Ema Fligler
Agustín Pons
Carolina A. Espínola
Milagros Noya
Karem Canale
Gonzalo Miño
Camila Cerimele
Tomás Buigues

 

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