1532910565-corte-de-luz-agencia-unoEl Club de los Arrepentidos – II Parte

El Club de los Arrepentidos – II Parte

Estocolmo

El Premio Nobel es un premio honorífico otorgado por el gobierno de Suecia, a aquellas personas que hay hecho investigaciones sobresalientes, inventado técnicas o equipamiento revolucionario o hayan hecho contribuciones notables a la sociedad. Desde 1901, diferentes personalidades han ganado este galardón en diversos campos de conocimiento: Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura, Paz y Economía.

Nuestra forma de vida, nuestras comunidades, sin saberlo con consciencia cierta, se han visto influenciadas, transformadas o reflejadas, en aquellas personas que han obtenido este premio.

Veamos algunos que cimbronan en nuestro campo de interés: Pavlov (1904) padre del condicionamiento clásico, Marconi y Braun (1909) nos marcaron profundamente por sus desarrollos en la comunicación inalámbrica -, Nash (1994) dio cuerpo a la Teoría de los Juegos, en donde el  interés individual, el egoísmo y la racionalidad a la hora de tomar decisiones, conducen a los seres humanos a una situación no óptima, quizás porque deben tener en cuenta las posiciones del resto de agentes involucrados en sus actuaciones, St. Clair Kilby (2000) desarrollo el circuito integrado presente en nuestras extensiones no humanas (omnipresentes en ordenadores, celulares, comunicaciones, manufactura, transporte, internet), Kahneman (2002), por integrar aspectos de la teoría psicológica sobre el comportamiento económico del ser humano en momentos de incertidumbre y por aquello que mencionáramos algunas vez: pensar rápido, pensar despacio.

Stop

Kahneman nos trajo a la luz una interpretación del cerebro y su forma de pensamiento: uno rápido, intuitivo y emocional y otro más lento, deliberativo y lógico. El impacto de la aversión a la pérdida y el exceso de confianza en las estrategias empresariales, la dificultad de predecir lo que nos hará felices en el futuro o el profundo efecto de los sesgos cognitivos sobre todo lo que hacemos solo pueden comprenderse si entendemos el funcionamiento conjunto de los dos sistemas a la hora de formular nuestros juicios y decisiones. Algo conocido por nosotros a la hora de analizar la dinámica que desarrolla nuestro black mirrow.

Siguiendo la lista de noveles, encontramos a Sterling Boyle (2009) cuya invención se centró en el desarrollo de un circuito semiconductor formador de imágenes, conocido como el sensor de carga acoplada que se utiliza en las cámaras digitales (inseparable testigo de nuestro cotidiano).

Claro, los campos de la física, la medicina, la economía o la química las encontramos distantes de nuestro cotidiano. Pero si nos detenemos un instante, como lo hicimos, nos damos cuenta de su tremendo impacto.

La literatura, nos permite comprender quizás, un poco más quienes somos. Es así que en 1983, la academia galardonó a William Golding, autor de una novela que nos interesa destacar: El señor de las moscas. Un microcosmo en donde un grupo de niños tiene que encontrar el equilibrio sin reglas de la sociedad civilizada impuesta por adultos. Su entorno, la isla en donde amerizan, se encuentran en una situación de libre albedrío. La democracia, la irracionalidad, la razón, la sabiduría y el sentido común, se cuela en las situaciones que se desencadenan en la convivencia y supervivencia. ¿Hasta qué punto se puede vivir sin límites?; ¿tenemos la capacidad suficiente de crear nuestras reglas? Son éstos elementos que Golding fue planteando a lo largo de la trama y que también pueden pensarse desde nuestras situaciones actuales.

Harris, Lanier nos retratan de una manera implacable el esfuerzo que debemos hacer para despegarnos de la pantalla, de su pegajosidad y constante dependencia. Domesticados en estas nuevas formas tecnológicas de vida (Lash), interactuamos, nos comunicamos y socializamos a través de diversos dispositivos al tiempo que se desarrollan estructuras de dominación y control que experimenta el nuevo orden global informático. En la sociedad postindustrial y de la información, es posible observar un conjunto de nuevas estructuras sociales de carácter informacional que han ido desplazando de manera gradual las viejos condicionamientos de clase, género, nación y poder.

La tecnología de la personalización, cual hipnotismo maquiavélico, nos envuelve y nos ata. Una forma de vida es una nueva forma de hacer las cosas. Lash insiste en marcarnos que en esta nueva dinámica, las nuevas formas se aplanan, se vuelven no lineales, se elevan en el aire.  Forman parte de nuestras maneras de sentir, comunicar, percibir, actuar y conocer. Las condiciones u oportunidades de vida, dependen del lugar en el modo de la información, es decir, del acceso y del lugar en las nuevas estructuras de información y comunicación. Las estructuras políticas y la vida cotidiana  se  han  transformado  de  manera  radical  debido  al  papel mediador de las tecnologías. En ambas ideas, la tecnología ha sido capaz de moldear o transformar las prácticas sociales y las experiencias cotidianas. Actuamos en una interfaz orgánico-tecnológica que nos permite otorgar sentido y significado al mundo. No nos fusionamos con los sistemas tecnológicos sino que enfrentamos nuestro medio ambiente a través de esa interfaz. En la interfaz humano-máquina, las actividades cobran sentido  por esa mediación

Aquí & Ahora

Dónde estamos? En qué espacio, cuando miramos la pantalla de nuestro smartphone? Qué geografía se mueve cuando googleamos? La distancia puede ser espacial (como enviar un correo electrónico, navegar en internet o comunicarse en las redes sociales), temporal (por ejemplo compartir información en la web, enviar datos de un centro de investigación o transmitir señales satelitales para la operación de dispositivos inteligentes) o informática (las redes sociales son el ejemplos más claro de estas nuevas formas de interacción cotidiana donde las personas  no  sólo  depositan  su  confianza  en  el  buen  funcionamiento  del dispositivo,  sino  que  además  tiene  toda  la  certeza  de  que  el  sistema tecnológico y la red informática que lo sostiene operará sin obstáculos).

Claro, poco frecuente en nuestro país, en donde se colapsan los sistemas o donde un dia nos despertamos y nos damos cuenta que 50 millones de personas no tienen energía eléctrica, ingresando por unas horas, en un estado de indefensión o vulnerabilidad (volviéndose un problema los servicios de agua potable, cloacas, semáforos, etc) no previsto por el Estado quien debería regular y/o preservar nuestra vida en sociedad.

El velo cae ante lo inesperado. Lo siniestro cobra vida en instantes. El emperador camina en la calle desnudo; algunos lo siguen viendo con su traje habitual, otros simplemente miran atónitos semejante descaro. Lo que invade a ambos es quizás la vivencia de la practicidad. A modo de ejemplo Evan Williams, cofundador de Twitter expresó hace poco “la practicidad decide todo”. Al parecer, la toma de decisiones que efectuamos día a día, supera lo que nos gusta creer. Nos encontramos condicionados hace años, en una práctica devenida de la economía de la atención en donde lo que habríamos considerado como posible (moler el café, sentir su aroma y luego hacerlo en la habitual media), lo suplantamos por el instantáneo. La practicidad es la capacidad de hacer que otras opciones sean impensables.

El moldeo de las decisiones individuales influye notoriamente en la economía moderna (y en sus consumos). La practicidad genera más dependencia, mediante una combinación de la economía de escala y el poder del hábito. Wu señala, mientras más sencillo es utilizar Amazon, más poderoso se vuelve. La practicidad y el monopolio parecen ser aliados naturales.

Ya lo vimos en aquel espectacular libro de Philip Dick; Sueñan los androides con ovejas eléctricas (Blade Runner por R. Scott): Ésa es la condición básica de la vida, soportar que violen tu identidad.

La mayoría de las tecnologías poderosas y relevantes creadas durante las últimas décadas proporcionan practicidad en la forma de servicios de personalización e individuación. Se trata de reducir los recursos y esfuerzos mentales necesarios para elegir entre las opciones que expresan nuestro ser. La practicidad es un click, las compras en un solo lugar, la experiencia ininterrumpida de Netflix o del playlist del “Listo para reproducir”. Se aspira a la preferencia personal sin esfuerzo.

A medida que las tareas se vuelven más sencillas, la creciente expectativa de lo próximo ejerce una presión para que todo lo demás se torne más fácil o quede relegado. La inmediatez nos ha malcriado y nos molestan las tareas que siguen requiriendo los antiguos niveles de tiempo y esfuerzo. Cuando puedes ahorrarte la fila y comprar boletos para un concierto desde tu celular, esperar en la fila para pagar en Farmacity es muy fastidioso. Las tecnologías de individualización son tecnologías de individualización en masa, el capitalismo de las plataformas así lo ha diseñado. La personalización puede ser sorprendentemente homogeneizante .

Si el corte de luz se hubiese extendido masivamente, qué es lo que hubiese sucedido? Cómo se contiene a 58 millones de personas cuando están desconectadas? Las baterías de los celulares se agotan, el condicionamiento y la información van de la mano. Cuál habría sido el canal de contención cuando el medio se encuentra estallado?, cuál su arquitectura?

Al regreso de la luz, nos dimos cuenta simplemente que nos estamos convirtiendo en personas a quienes les importa sólo los resultados. Hemos sido perfomateados o socializados durante estos años en esta nueva forma tecnológica de vida.

Comenzamos hablando de la ciudad de Estocolmo pero sabemos que ésta indicación, era sólo un artilugio de conversación. El objetivo era destacar algunos de los temas que nos apasionan. El síndrome que se encuentra vinculado a esta ciudad, tiene que ver con lo que hemos estado tratando: este trastorno psicólogico temporal  aparece en la persona que ha sido secuestrada, mostrándose  comprensivo y benevolente con la conducta de los secuestradores e identificarse progresivamente con sus ideas, ya sea durante el secuestro o tras ser liberada.

Habitamos las redes, construimos espacios colaborativos, aprendemos con otros al tiempo que nos encontramos que somos los que alimentamos con nuestro accionar, su potencia. Los datos, materia prima del capitalismo de plataformas, educan y dan ventaja competitiva a los algoritmos. Somos en el intercambio digital, en tanto (nos) consumimos.

Yu Tsun, espía y protagonista de la historia en el Jardin de los Senderos que se bifurcan, le declara a su acosador implacable capitán Richard Madden:

(…) Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.

Pensar, analizar, inventar… No son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, atesorar antiguos y ajenos pensamientos, recordar con incrédulo estupor lo que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie. Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas y entiendo que en el porvenir lo será.

Comentarios

  1. Adriana

    Otra reverencia a la electricidad que esta vez me da a leer un escrito con muchas luces.
    Genial, Estela!!

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