A la idea que llevamos de que el trabajo construye nuestra identidad y personalidad (“Arbeit macht frei”) daban siniestramente la bienvenida los campos de exterminio nazi, grotescamente anunciando su fin. A este planteo hubo respuestas entre molestas ¿si no trabajo, soy un ente? y resignadas si donde trabajo no me realizo, ¿qué pasa como mi identidad realizada en el no-trabajo?
Tocamos aquí un núcleo neurótico/pedagógico muy interesante. La reflexión sobre esta ecuación trabajo/identidad fue llevada en serio adelante por Fernando Diez Rodriguez en Homo Faber. Historia intelectual del trabajo, 1675-1945 http://bit.ly/2EXKbGt (voluminosa obra de letra chica y 700 páginas de extensión) Parte sustancial de nuestra cultura y organización social, el trabajo está sometido hoy a graves dilemas que nos hacen abrigar dudas sobre su entidad futura (más aún como resultado de los embates de la IA ).
En esta obra Fernando Diez Rodriguez busca contribuir a que, en tiempos de amplia discusión sobre el presente y el futuro del trabajo en las sociedades postindustriales, permanezca presente y viva la consideración, desde una perspectiva histórica, de su sustancia humana y social.
¿Qué nos hace humanos? Algo que salió a la palestra cuando mencionamos “Altered Carbon” y la posibilidad de la vida infinita que lo subtiende, asi como la danza de “pilas y fundas” (identidad encapsulada en un superchip y cuerpos descartable al mejor postor).
Que por un lado genera afirmaciones como éstas:
I just finished watching Altered Carbon on Netflix. It’s about a corrupt future society in which wealthy, powerful men feel free to ignore the law and abuse and beat up women. In other words, watching it was a lot like reading the morning newspaper.
— Paul Krugman (@paulkrugman) February 14, 2018
Pero que también son contrastadas como otras pronunciadas Joel Kinnaman por el principal protagonista de la serie en una entrevista de Clarin anteayer:
«La idea principal de la serie es que la gente está tratando de ser más longeva, todo el mundo trata de verse más joven por más tiempo. Y por supuesto que, al principio, la mayoría aceptaría ser inmortal, porque todos le tenemos miedo a la muerte. Pero lo que el programa muestra es que eso es un trampa. Que nuestra humanidad está completamente conectada a nuestra mortalidad. Y que cuando vivimos para siempre, ganamos mucho tiempo de vida, pero a la vez perdemos nuestra humanidad»
Apenas introdujimos el tema nos encontramos otra vez con espontáneos gestos y pronunciamientos de desagrado como le sucede en la novela/serie a la madre de la teniente Ortega. ¿Qué nos hace humanos? Hace 22 años que le damos vuelta al tema (en este materia, ja) y casi sin quererlo el diálogo con los alumnos nos obliga a retomar la pregunta desde una perspectiva ya no tan filosófica/abstracta, sino mas bien materializada y mediática.
Mientras, en los trabajos prácticos numerosos grupos han hecho ya sus primeros esbozos de ensayos/noticias que serán publicados en breve. Mas allá de si se trata de cambio de lentes o de abordajes enriquecidos en el proceso, hay algo en estos grupos muy permeables a nuestra propuesta de verano que se nota con el nivel de seguimiento e interés, hasta sorpresa y beneplácito por lo que estamos proponiéndoles. Ustedes (estudiantes) que están cursando y leyendo este posteo, ¿qué opinan?
Seguimos la conversación.
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