¿Cómo definir a las Humanidades Digitales? ¿O no definirlas?

¿Cómo definir a las Humanidades Digitales? ¿O no definirlas?

Desde la computación humanística hacia las humanidades digitales

Por mas que últimamente se ha publicado mas de una decena de libro seminales y compilaciones sobre las Humanidades Digitales (ver mas abajo), es difícil llegar a un consenso sobre en qué consisten las Humanidades Digitales. Como bien dice Rafael Alvarado en un post que nos sirve de hilo conductor, en vez de una definición, tenemos una genealogía, una red de parentesco de familias entre escuelas de pensamiento, intereses metodológicos, y herramientas preferidas. Es decir una historia de gente que ha decidido autodenominarse humanistas digitales y que en el proceso de definir el término lo están recreando, como corresponde a toda definición generativa. Se trata de una categoría social, no de una ontológica.

Como afirma Matthew Kirschenbaum, uno de los padres fundadores de la disciplina, las DH giran alrededor de una revista con referato, una oficina nacional en USA, una conferencia anual, y una red internacional de centros académicos bajo el auspicio de la Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO) (ver imagen mas arriba).

El desplazamiento de las actividades inscriptas bajo el paraguas desde la computación humanística hacías las humanidades digitales muestra un notable crecimiento en cantidad de personas, instituciones y publicaciones. Mientars que durante muchos años sus cultores se conformaba con asistir a microscópicos THATCamp –como sucedió en Buenos Aires hace un mes-, en otras latitudes son multitudes las que coronan

Una variedad inagotable de enfoques y procedimientos

Entre las novedades del enfoque humanista digital hay varias aproximaciones como revelan los siguientes grupos de trabajo

  • los que descartan los «remanentes textuales», que son lo propio de las humanidades analógicas donde el conocimiento es una «aplicación basada en los textos», cuyos curadores son críticos literarios, historiadores o bibliotecarios y van mas allá del texto,
  • los que han abrazado las humanidades espaciales a través del uso de software que mapea el texto sobre la visualización de la geografía humana
  • críticos estadísticos que van desde el Padre Roberto Busa y su alianza con IBM, hasta Franco Moretti y su alianza con NGram de Google, quienes insisten en que aplicando métodos de lingüística computacional y observando grandes corpuses se podrán generar hipótesis inaccesibles a la mera lectura (distant reading),
  • proyectos comno el Critical Code Studies que interpreta al código fuente como un conjunto de simbolos y procesos a explorar

Todos estos y muchos otros ejemplos remiten a las humanidades digitales pero no las definen, y eso que están entre los mejor dotados financieramente, llenos de ideas y con cultores de monta. Pero como insiste Alvarado ninguno de ellos ha hecho una diferencia epistemológica abismal, aunque quizás el problema esté en otro lado, en nuestra incapacidad de definir las disciplinas de un modo que recoja la nueva forma de hacer las cosas postuladas por la humanidades digitales.

Porque convengamos que para un outsider, pero también muchas mas veces para insiders críticos, es muy difícil saber qué diferencia hay entre historia, sociología, economía, antropología y arqueología. Porque entre todas estas «disciplinas» hay mas coincidencias que diferencias, y esta diferencia está mas que en cualquier otra en el modo en que se da cuenta de un dominio particular de datos, su adquisición, organización, análisis e interpretación.

Indefiniendo una disciplina, haciendo cosas al programar

Para los humanistas digitales las tecnologías computacionales pueden ser cosas muy diferentes y el grado de radicalidad de su tarea diferirá acorde. No es lo mismo imaginarlas como herramientas, como texto o como metáforas. Después de dar tantas vueltas podemos convenir en que las humanidades digitales son mas que nada un curriculum, un conjunto interrelacionado de dominios y recursos que contribuyen a la construcción de conocimiento.

Quizás lo que mejor defina a las humanidades digitales no sean tanto las tecnologías a las que recurre (innumerables y volátiles), ni los métodos (que provienen de los campos consagrados mas diversos), sino cierto «encuentro» alegre y juguetón con la representación digital en si misma.

Con dos detalles peculiares y muy interesantes. Por un lado que esa representación digital está cambiando de resultas de cómo está evolucionando el software, y de que en vez de consignarnos a los árboles, los arrays, los lattices y otras combinaciones bidimensionales de datos, podamos imaginar otras posibilidades tridimensionales cada vez mas complejas y ricas.

No menos interesante es que los humanistas digitales son cada vez mas son ellos mismos programadores y constructores de dispositivos y de herramientas y plataformas, y por lo tanto pueden participar de un tipos de conversaciones para la acción que se da muy pocas veces en la historia.

Los humanistas digitales de última generación forman parte del movimiento maker, trabajan en labs, son bilingües teórico/prácticos, en algunos casos son polimatas que ejercen tanto saberes conceptuales como prácticos, y por lo mismo están en capacidad de combinar el conocimiento y la acción de un modo similar al de los artesanos y filósofos renacentistas. Aunque tamaña ambición sea una exageración al mismo tiempo es una interesante posibilidad. Aprovechémosla.

Bibliografía básica

Comentarios

  1. Bienvenidos a la cursada del Segundo Cuatrimestre | Cátedra Datos

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