Buenos Aires Septiembre, 2008 por Primavera /Piscitelli
1. Introduciéndonos para los ausentes: En este teórico estuvimos presentes una docente y 46 alumnos, según las listas. Teniendo en cuenta la llanura (engañosa, quizás) del texto de Benkler, empezamos por los márgenes, a saber, por explorar cómo se están integrando las dos instancias de la asignatura, que demandan actividades distintas. Hemos constatado que en algunas comisiones se han tenido más contacto con las herramientas de la web 2.0, en otras con autores que consideramos importantes para un oportuno re-encuadre de las relaciones entre la crítica de la tecnología y la apertura de posibilidades para el futuro, con una mínima práctica en tiempo real. Ya lo vimos antes – helicoidales – es a lo que apuntamos en cada encuentro.
Además del texto que está en el cuadernillo de la Unidad 2, tienen el ppt especialmente preparado para un diálogo más fructífero con la lectura y algunas indicaciones complementarias. Tienen también a su disposición el video de Proyecto Colibrí – producción de dos integrantes de la cátedra separados por varias generaciones, lo que prueba que la interculturalidad digital no sólo es posible, sino fructífera: ninguno de los dos lo hubiese hecho solo y la producción par a par que lo diga. Por las dificultades de sonido en el aula, ahora pueden hacer/completar sus comentarios acerca del mismo.
Ver PPT – Clase 8 – Producción par a par
Proyecto COLIBRÍ – Ver video en Youtube
2. Sobre Yochai Benkler: el autor de The Wealth of Networks: How Social Production Transforms Markets and Freedom, Yale University Press, 2006.
Una versión completa en PDF puede ser descargada en wiki of the book y está disponible como licencia de uso no comercial en Creative Commons. Según Benkler, ese libro editable “on line” es en sí mismo un experimento de cómo pueden ser los libros en el futuro, la demostración de cómo autores y lectores pueden conectarse instantáneamente o aún colaborar entre ellos.
Yochai Benkler is the Berkman Professor of Entrepreneurial Legal Studies at Harvard, and faculty co-director of the Berkman Center for Internet and Society. Before joining the faculty at Harvard Law School, he was Joseph M. Field ’55 Professor of Law at Yale. He writes about the Internet and the emergence of networked economy and society, as well as the organization of infrastructure, such as wireless communications. In the 1990s he played a role in characterizing the centrality of information commons to innovation, information production, and freedom in both its autonomy and democracy senses. In the 2000s, he worked more on the sources and economic and political significance of radically decentralized individual action and collaboration in the production of information, knowledge and culture. His work traverses a wide range of disciplines and sectors, and is taught in a variety of professional schools and academic departments. In real world applications, his work has been widely discussed in both the business sector and civil society. His books include The Wealth of Networks: How social production transforms markets and freedom (2006), which received the Don K. Price award from the American Political Science Association for best book on science, technology, and politics, the American Sociological Association’s CITASA Book Award an outstanding book related to the sociology of communications or information technology, the Donald McGannon award for best book on social and ethical relevance in communications policy research, was named best business book about the future by Stategy & Business, and otherwise enjoyed the gentle breath of Fortuna. In civil society, Benkler’s work was recognized by the Electronic Frontier Foundation’s Pioneer Award in 2007, and the Public Knowledge IP3 Award in 2006. His articles include Overcoming Agoraphobia (1997/98, initiating the debate over spectrum commons); Commons as Neglected Factor of Information Production (1998) and Free as the Air to Common Use (1998, characterizing the role of the commons in information production and its relation to freedom); From Consumers to Users (2000, characterizing the need to preserve commons as a core policy goal, across all layers of the information environment); Coase’s Penguin, or Linux and the Nature of the Firm (characterizing peer production as a basic phenomenon of the networked economy) and Sharing Nicely (2002, characterizing shareable goods and explaining sharing of material resources online). His work can be freely accessed at benkler.org.
3. Del par a par de consumo al par a par de producción
Outsiders bienvenidos (Piscitelli)
Hace ya varios años que venimos dando vueltas con la fascinación que nos produce el consumo par-a-par. Desde los remates en tiempo real de Ebay, a las recomendaciones por filtrado colaborativo de Amazon, desde el consumo de música haciéndole pito catalán a las majors discográficas, hasta la distribución masiva de DVD pirateados en los videoclubs legales (sic), desde creative commons al software libre, desde los weblogs a la wikipedia, desde SETI a la computación distribuida. Pero para ser sinceros nunca vimos un modelo de negocios en esas alternativas tan variadas y llamativas.
Como siempre tenia que venir un outsider para desasnarnos. Y no es la primera vez. Ahora se trata de un abogado que siguiendo los pasos de Lawrence Lessig y de Cass Sunstein nuevamente nos despierta de nuestro sueño dogmático y nos obliga a re-pensar.
El desafío se llama esta vez producción par a par
Durante décadas nuestra común comprensión de la organización de la producción económica ha sido que los individuos ordenan sus actividades productivas en una de dos maneras: como empleados en empresas, siguiendo las indicaciones de los directivos, o como individuos en mercados, siguiendo lo que los precios señalan (el articulo ya canónico de Thomas W.Malone, Joanne Yates & Robert I. Benjamin Electronic Markets and eletronic hierarchies– bien aludía a esta dicotomía o dipolo.
En esta oportunidad se trata de una luminaria cual es Yochai Benkler quien explica porqué estamos comenzando a percibir la aparición de un nuevo, tercer modo de producción, en el ambiente digital en red, un modo que él llama ‘producción entre iguales basada en el dominio público‘ (commons-based peer production).
Producción entre iguales basada en el dominio público
Para Benkler mientras que el software libre es altamente visible, es de hecho solamente un ejemplo de un fenómeno socioeconómico mucho más amplio. Benkler llama a este modo de producción ‘entre iguales basada en el dominio público’ para distinguirla de los modelos basados en la propiedad y el contrato de las firmas y los mercados. Su característica principal es que grupos de individuos colaboran con éxito en proyectos de gran escala que siguen un diverso conglomerado de impulsos motivacionales y señales sociales, más que los precios de mercado o los comandos directivos.
La explicación de Benkler apunta a señalar las ventajas sistemáticas sobre mercados y jerarquías directivas cuando el objeto de la producción es información o cultura, y donde el capital físico necesario para esa producción -computadoras y aptitudes – está extensamente distribuido en lugar de concentrado.
Aunque habrá que examinar en detalle los numerosos papers de Benkler sobre el tema -ver bibliografia al final- sintéticamente este modo de producción es mejor que las firmas y los mercados por dos razones. Primero, es mejor en identificar y asignar el capital humano a la información y a los procesos de producción cultural.
En este sentido, la producción entre iguales tiene una ventaja en lo que Benkler llama “coste de oportunidad de la información“. Es decir, se pierde menos información sobre ‘quién puede ser la mejor persona para un trabajo dado’ que en cualquiera de los otros dos modos de organización.
En segundo lugar, hay reingresos substanciales en aumento, en términos de eficacia de adjudicación, para permitir que sistemas (o clusters) mayores de colaboradores potenciales interactúen con grandes sistemas de recursos de información en la búsqueda de nuevos proyectos y oportunidades para la colaboración.
Eliminar la propiedad y el contrato como los principios organizativos de la colaboración reduce substancialmente los costes de transacción implicados al permitir a estos grandes clusters de colaboradores potenciales revisar y seleccionar sobre qué recursos trabajar, para qué proyectos y con qué colaboradores.
Ello libera un enorme potencial para aumentos substanciales de adjudicación. El artículo fundacional de Benkler “Coase’s Penguin, or Linux and the Nature of the Firm” concluye con una descripción de cómo estos modelos utilizan una variedad de estrategias tecnológicas y sociales para superar los problemas de acción colectiva solucionados generalmente recurriendo a sistemas directivos y basados en el mercado mediante la propiedad, el contrato, y órdenes directivas.
El éxito de las comunidades de producción
Las comunidades de producción par a par tienen éxito, según Benkler, si:
a) El proyecto que acometen es modular, es decir, que se puede dividir en tareas más pequeñas,
b) Es granular, en el sentido de que casi todas las tareas son pequeñas (por ejemplo, mandar una historia de 10 líneas al Interlink Headline News o al New York Times requiere poco esfuerzo),
c) Finalmente, la integración del trabajo, es decir, juntar todo el esfuerzo para obtener el resultado final, no debe requerir un gran esfuerzo.
Cuando Benkler compara el funcionamiento de estas comunidades con la empresa y los mercados encuentra que en determinadas circunstancias las comunidades colaborativas son más eficientes por dos motivos.
El capital humano a su alcance suele ser mayor (piénsese en la cantidad de contribuyentes a un weblog colectivo como sera la versión 2.0 del primer libro de Lessig Código y otras leyes del ciberespacio, o la cantidad de programadores en la comunidad de software libre) y como se trata de una comunidad en la que cada uno elige lo que quiere hacer, ocurre que la distribución de ese capital es más eficiente, porque la gente suele acometer tareas en las que es realmente bueno.
El capital humano, que es lo más preciado en una sociedad donde la información abunda (tal la tesis de Roger L Martin y Mihnea C. Moldoveanu –que contrapone, Capital vs. Talento: la batalla que está transformando los negocios- es el elemento clave que otorga una ventaja diferencial. De ahí el éxito de las comunidades colaborativas, ya que en ellas el capital humano es increíblemente grande y su asignación es muy eficiente.
¿Cuales son los ejemplos mas salientes de esta nueva economía de la producción y en que se inspiro Benkler para poder detectarlos siendo que sus colegas economistas como siempre estaban de paseo, menos mal que Sebastián Campanario les encontró tareas mucho mas interesantes para hacer en la Economia de lo Insolito.
Comportamiento basado en comunes
Benkler trabajo durante mucho tiempo en comportamiento basado en comunes en el espectro de radio no licitado y en propiedad intelectual y su rol estratégico en la innovación. De lo que el se dio cuenta (algo que nosotros no enfatizamos lo suficiente en nuestro capitulo 12. “La Odisea de Napster. Los sistemas par-a-par y el rediseño de la libertad de los usuarios” en Ciberculturas 2.0 es que no se trataba de un fenómeno que debía restringirse al software o a la musica- Porque con ese criterio no se pueden explicar ni la Wikipedia ni el weblog tecnocolaborativo Slashdot, ni mucho menos Google (bueno de esto nos avivamos en Internet imprenta del siglo XXI, pero aun nos faltaba la noción de producción par a par, para encapsular todos estos fenomenos dispares)
Lo que todo estos fenómenos tienen en común (algo que detectaron cada uno por su cuenta Howard Rheingold por un lado en Multitudes Inteligentes, David Casacuberta en Creación Colectiva, James Surowiecki en The Wisdom of the crowds y desde otro angulo Herve Fisher en Le declin de l´émpire hollywoodien y J.D.Lasica en Darknet Hollywood´s war against the digital generation (http://www.jdlasica.com/), es precisamente es que el rol conocimiento del comportamiento social esta aumentando ininterrumpidamente.
Antes recomendábamos libros y la voz se expandía concentricamente, mas o menos. Uno o dos amigos podían a lo mejor catapultar nuestra recomendación, algun docente la incluiria en sus clases, un editor eventualmente podia escucharnos y traducir un original, pero allí quedaba la cosa. Se trataba de buena onda, ganas de diseminar y alguna conciencia de que compartir es bueno o a lo mejor nos cae bien a los que lo hacemos permanentemente.
Pero si este comportamiento se incluye en el algoritmo Page Rank de Google lo que tenemos es un efecto económico masivo porque ayuda colectiva mente con una potencia y una capacidad de irradiación que jamas imaginamos. Siendo capciosos con Engels podríamos decir que aquí la cantidad se convierte en calidad.
A pesar de lo mucho que Negroponte hablo sobre el tema esto se le paso totalmente por alto. Y lo mismo a Bill Gates. Lo que pasa es que estos modelos de conocimiento distribuido y compartido aunque no pueden generar en si mismos modelos de negocios, son lo suficientemente corrosivos como para liquidar los modelos preexistentes.
La revolución industrial alabo y festejo la concentración del capital físico. Para que la gente colaborara entre si (en la linea de montaje, ya sea del periódico o de los autos) se necesitaba mucho capital financiero inicial.
Los microprocesadores, la fibra óptica y el software inteligente permiten generar agregados de comportamiento colectivo sofisticado y altamente eficiente sin esa doble necesidad de concentración financiera y fisica del capital. Lo que antes eran meros gestos y concesiones, gente bondadosa o bien intencionada (que aparte eran o éramos minoritarios en un mundo de concentracion del capital simbólico en donde lo normal es atesorar y rapiñar) se convierte en productos económicos, eventualmente generadores de un nuevo tipo de mercado.
Nuevos formatos de intermediación
La novedad esta en los nuevos formatos de intermediacion que sirven ahora no tanto para apoderarse de plusvalía, cuanto facilitan compartir, a diferencia de producir un producto final al consumidor. Es el caso de Skype (Voice sobre IP) que ya hace dos años que esta flotando por ahí, pero que recién en el ultimo se convirtio en mainstream y que solo ahora entendemos como una nueva economía.
adie ha construido una red para Skype ya que esa red nos costaría miles de millones de dolares, pero los 41 millones de usuarios que la frecuentan ponen cada uno su granito de capacidad ociosa. Hemos pasado de las industrias intensiva sen capital a la redes intensivas en capitalizacion provista por los mismos usuarios.
Los que se asustan de que este modelo podría eliminar los mercados no saben de que están hablando. Si hay actividades que no son engullidas por estas modalidades entre ellas tenemos la alimentación que nunca se producirá según este modelo, tampoco será el caso de los coche y mucho menos de las novelas y del capital intelectual en general.
Hay un subconjunto de cosas que pueden ser producidas en este formato modular y de grano fino, basicamente los pilares de la economía de la información como software, gran parte de la información circulante, gran parte de la computación, gran parte del almacenamiento y hasta de la conectividad (no nos olvidemos de ese modelo pionero de subasta de la telefonia internacional excelentemente contado por Eric Schwartz a fines de los 90 en Webonomics).
Lo que no quiere decir que muchas de las compañías de la constelación de contenidos , monopolio y soportes tradicionales inspiradas en Hollywood y las discográficas no estén sintiendo el temblor y algunas empiecen a advertir el tsunami que estas nuevas metodologias de producción implican.
Los primeros modelos de negocios que emergen de estas tecnologías son el surfing tal como hace Google al poner en sintonia los juicios colectivos de miles o millones de personas, como IBM arma negocios (como servidores) sobre la base del Apache en Linux (ver capitulo 2, tendencia 4 Open sourcing Self-organizing collaborative communities en The World is Flat de Thomas Friedman)
El segundo modelo es Second Life , un entorno de juegos multijugadores online, donde casi el 99% de los objetos han sido producidos por los propios usuarios generando un mercado de inetrcambio off-line absolutamente inesperado
Nada impide que estos usos puedan convertirse en aplicaciones y en negocios como sistemas de backup de datos distribuidos en redes par a par. No puede ser cualquier tipo de backup sino algunos resistentes a las fallas crónicas o intermitentes y podríamos imaginar relaciones de enjambre con los clientes de los bancos con conocimientos suficientes como para generarlos.
También los gobiernos locales podrían usar mesh networks basadas en Wi-Fi o en redes inalámbricas de próxima generación para armar infraestructuras de redes mobiles creando comunicaciones de emergencia robustas.
Volviendo a la arquitectura es la política de la red
Como lo vimos en otras oportunidades no se trata tan solo de teoría, o de detección temprana de fenómenos o de anoticiamiento de las áreas de fracturas o de emergencia de nuevas problemáticas, como un ejercicio intelectual per se. Lo que esta en juego es profunda e irreversiblemente político, aunque nuestros ubamarxistas sigan creyendo que la política.. es el control de los contenidos.
Para Benkler (no menos que para Sunstein y Lessig) hay muchas razones para preocuparse por la inclusión de áreas significativas de procomún (neologismo que traduce malamente la idea de cretive commons) en nuestra ecologia informativa. Hoy se habla sobre todo de preocupaciones por las políticas de innovación que las leyes de patentamiento impedirian.
Pero el procomún de información, cultura y conocimiento no es sólo, ni es básicamente, una cuestión de innovación. El procomún tiene que ver con la libertad (alli Stallman pesco algo interesante aunque sobreenfatiza la filsofia politica cuando lo que realmente importa es la sociologia aplicada). El procomún son espacios institucionales en los que estamos libres de las restricciones impuestas por los requerimientos de los mercados. Cuando hablamos del entorno de la información, del espacio cultural y simbólico que ocupamos como individuos y ciudadanos, la diversificación de las restricciones bajo las que operamos, incluyendo la creación de espacios relativamente libres de las leyes que estructuran el mercado, va al mismísimo corazón de la libertad y la democracia.
El entorno de los medios de comunicación comerciales ha creado dos efectos de importancia central para la democracia. Uno puede llamarse el efecto Berlusconi: el poder político desproporcionado que la propiedad de los medios de comunicación da a sus dueños o a los que pueden pagarlos.
El otro puede llamarse el efecto Baywatch: el desplazamiento sistemático del discurso público a favor de la distribucción de productos de entretenimiento estandarizados.
Lo que hace posible el procomún es un entorno en el cual los individuos y los grupos pueden producir información y cultura en su propio interés. Permite el desarrollo de un papel sustancialmente más expansivo tanto para la producción no orientada al mercado como para la producción radicalmente descentralizada.
Es el caso de Periodista Digital o de Indymedia o del Open Directory Project. Todos estos fenómenos -el crecimiento de la eficacia y el alcance de actores que están fuera del mercado y el surgimiento de la producción de información radicalmente descentralizada- proporcionan un contrapunto enormemente importante a la economía industrial de información del siglo XX.
Libertad ¿oportunidad o mero deseo?
Pero los avances democráticos, la libertad individual y el crecimiento mediante la innovación posibilitados por el surgimiento de la producción sin mercado y descentralizada no emergerán de forma inexorable. Los gigantes industriales que dominaron la producción y el intercambio de información en el siglo XX no renunciarán fácilmente a su dominación.
En cada una de las tres capas en donde se juega la pelea hay mucho aun por decidir y no resulta inequívoco quien sera el ganador.
En la capa física, la propiedad sobre los cables y las licencias inalámbricas que son necesarias para la comunicación proporciona un punto de apoyo para el control. Que esta avanzando a passo agiganatdos.
En la capa lógica, los estándares, protocolos y software (como sistemas operativos) necesarios proporcionan un punto de control sobre el flujo, y por lo tanto las oportunidades de producción, de información y cultura. Y nadie sabe quien ganara si el software libre, el propietario o probablemente una inestable combinacion de ambos.
En la capa de contenidos, la propiedad intelectual y los modelos de negocio que dependen del estrecho control sobre la información y cultura existente (una entrada central en la nueva creación) amenazan con proporcionar a sus usuarios la habilidad de controlar quién decide decir qué a quién con los signos culturales clave de nuestro tiempo.
Curiosamente por mas que respeto muchisimo la opinión de los tres ciberjuristas (Lessig, Sunstein, Benkler) me suenan bastante pobres sus propuestas políticas y mucho mas aun su rol de vengadores del consumidor y de los comunes. Hay aquí una flagrante distancia entre una capacidad analítica sin par, y una incapacidad de diseño de las propuestas propias que estén a la altura de las guerras que ellos mismos inventarían y en las que habría que intervenir.
Obviamente seria necio negar la importancia de todos los fenómenos a los que ellos aluden, o la increíble capacidad de atractor que tienen sitios como slashdot.org o la wikipdedia. También es factible que los modelos (o los diseños de negocios) que se anudan en sus pliegues puedan alguna vez fructificar. Sin embargo no me resulta para nada transparente que esta cornucopia de los comunes tenga probabilidades mas o menos ciertas de triunfar, mientras que en los casos anteriores siempre sucumbieron a manos de los monopolios (de estandar) de uno u otro tipo. Veremos, mientras habrá que seguir investigando, multiplicando ofertas y opciones, y sobre todo contribuir en forma decisiva a que estas producciones para a par se multipliquen y difundan, siendo parte del juego que tanto nos gusta.
Referencias
- Benkler, Yochai. (2000). From Consumers to Users: Shifting the Deeper Structures of Regulation Toward Sustainable Commons and User Access. Federal Communication Law Journal, 52(3).
- Benkler, Yochai. (2002). Coase’s Penguin, or Linux and the Nature of the Firm. Yale Law of Journal, 112.
- Benkler, Yochai. (2004) .”Sharing Nicely”: On shareable goods and the emergence of sharing as a modality of economic production, 114 Yale L. J. 273
- Benkler Yochai La economía política del procomún
- The Sharing Economy Entrevista de Robert D. Hof a Yochai Benkler
- The crowd is smarter than you think Author delves into ‘The Wisdom of Crowds’ By Todd Leopold CNN
- Thomas W.Malone, Joanne Yates & Robert I. Benjamin Electronic Markets and eletronic hierarchies. En Irene Greif (ed) Computer-supported cooperative work: A book of readings. San Mateo, Morgan Kaufman, 1988.
Comentarios
Bárbara Gallardo
Para compartir mashup
http://es.youtube.com/watch?v=LTleVQ03ZXI
http://es.youtube.com/watch?v=_C07rrRf6w0&feature=related
A divertirse! 😀
Mario
El video sobre el Proyecto Colibrí se relaciona con el tema del procomún-para mí-porque muestra situaciones como los clubes de trueque o los llamados piquetes instituyentes que pueden leerse como situaciones en las que las personas que participan ( como pares, en relación horizontal creo) forman espacios legítimos, institucionales en los que se apartan de las leyes y las restricciones del mercado imperantesy hegemónicas.
Desde el punto de vista del procomún es más entendible la idea del paradigma de la abundancia ( que al principio me hacía ruido porque los recursos naturales no todos son renovables) por que ya los recursos no aparecerían como propiedad de unos pocos sino de todos pero siempre y cuando en la cabeza de todos empiezen a germinar los conceptos del procomún. (Igualmente me sigue resultando un poco utópica la idea, pero está bueno que haya utopías que guien nuestras acciones individuales)
El procomún desafía el concepto de propiedad, exclusividad y tiene que ver con proyectos y espacios colaborativos de ahí la relación con Lessing y su planteo de una Cultura Libre.
El mensaje del video es que cada uno puede contribuir y puede ser un colibrí desde su cotidianeidad
mariana s. lopez
El proyecto COLIBRÍ nos habla de una economía donde el virtuoso no es el más inteligente o el más fuerte sino el mejor articulado. Un ser colectivo es el que lleva al triunfo. Un ser constituido de muchos otros seres inferiores. Si dios (y permítanme utilizar la imagen no en el sentido religioso sino como un concepto epistemológico) pudo crear individuos únicos pero que sin embargo se formaran de millones de otros organismos como huesos, órganos, células y otros por qué el hombre no podría crear algo similar. Algo similar pero en otro nivel, en lo social.
Algunos encuentran en la Web 2.0 y 2.1 su utopía de integración donde cada uno se dedica a lo que le interesa y toma para si únicamente lo que le sirve.
Es un lugar donde las normativas que prevalecen son las de recordar al que nos dio los recursos. Formar una genealogía de las emergencias se logra con esto, sigue siendo propiedad pero es una propiedad maleable que puede manejarse mientras se citen sus orígenes.
¿Esta dinámica puede lograrse por fuera de la red? ¿Puede funcionar con otra materialidad?
¿El proyecto Colibrí puede engendrar un producto que no sea apropiado como en la lógica de mercado? ¿Esa otra apropiación sería fructífera como la de la Web?
Marcela Paduch Natalia Goetz Comisión 13
El Proyecto Colibrí , nos resultó esperanzador, es un recordatorio de que aún existen pequeños emprendimientos que pueden cambiar el mundo. Creemos que cada uno desde su cotidianeidad puede hacer pequeñas cosas para vivir mejor, es dificil lograrlo, por eso, la idea del Proyecto Colibrí de que sumando las ideas de todos, y juntándose por un objetivo común, se pueden lograr cambios en la sociedad.
Deberíamos recordar que existe un Colibrí en cada uno de nosotros, a veces escondido o asustado por nosotros mismos. Debemos dejarlo ser en libertad, para poder lograr mejores relaciones con los otros, y ser mejor cada día.
Romina Parada(comisión 13)
El video del Proyecto Colibrí me parece productivo en varios aspectos. El primero es que denota lo importante de trabajar en conjunto, de que cada uno aporte algo para que el trabajo finalizado se enriquezca. Como dijo Heloísa en el teórico: el trabajo no se podría haber realizado si alguna de las partes faltaba. Esto me parece que reafirma algo que estuvo presente todo el tiempo en el dictado de la materia : la idea de cooperar, de que cada uno aporte su inteligencia.
Por otro lado es verdad que los colibríes están en todas partes. Ayer tuve el agrado de visitar una exposición de una escuela secundaria donde los chicos mostraban los trabajos realizados en el año.
Una de las actividades era una charla debate luego de la proyección de un video acerca de un viaje de estudios que chicos de tercer año de podimodal realizaron a Jujuy. Más allá de lo lindo del viaje en cuanto paisaje, en cuanto aprendizaje al estar en contacto con otras culturas, lo que me resultó mas interesante es escuchar a los chicos contar como juntaron de cero el dinero para realizar este viaje(que además fue para llevar donaciones). A ellos, como al colibrí, se les presentó una dificultad que fue no poder pagar el tan famoso viaje de egresados a Bariloche y ante esto se juntaron, unieron sus esfuerzos y lograron no quedarse sin nada. Realmente estaban orgullosos y maravillados con su viaje. Y yo con mi optimismo a cuestas realmente me emocioné.
Otros colibríes son los chicos del programa de Campanella «Había una vez un club» que dicho sea de paso, me parece un programa muy interesante, el que comencé a ver por curiosidad y por saber que estaba dirigido por Campanella y realmente lo sigo viendo porque me captó.
El Proyecto Colibrí me parece interesante además porque es optimista y esperanzador, porque demuestra que mas allá de todo lo negativo hay pequeñás cosas que se pueden hacer para ver cambios, porque nada de lo que hay es una situación de hecho.
Y en cuanto a la pregunta final de video, creo que si todos cuando lo vemos respondemos con un ¡SI!, vamos por buen camino, porque el futuro no depende de mi, depende de nosotros, pero cada uno es parte de ese nosotros.
Melina Pons Com. 13
Navegando por la web, buscando algun video que muestre los contenidos de esta clase, encontre un uno que me parecio genial, super ilustrativo realizado en el marco de Taller de Datos, a cargo del profesor Roberto Schimku, este video alienta el proyecto del el uso del software libre en la Argentina y muestra de manera realmente sencilla y entendible el concepto de Procomún, ética hacker e inteligencia colectiva. Espero con este posteo a la hora de estudiar y reveer el material de la catedra que sea de provecho y util para los compañeros. Saludos
http://www.youtube.com/watch?v=yywbRyc8XCE