1. ¿El arte piensa mas rápido y mejor que la ciencia?
Estamos obsesionados con los robots y los androides. Desde tiempo inmemorial mientras tratamos de desentrañar los secretos de la vida (para recrearla, algo que recién hemos empezado a lograr en las últimas décadas) hemos tratado de proyectar sobre las máquinas nuestro “elan” vital, sin mayor éxito hasta recientemente.
En una obra de una riqueza excepcional como es Artificial Intelligence. From medieval robots to neural networks. An illustrated history de Cliff Pickover, este prolífico autor inventaría la variedad mas numerosa de robots posibles.
Comenzando con el Ta-Te-Ti. (1300 AC), pasando por el Mecanismo de Antequera (125 AC), los caballeros de cobre de Lancelot (1220), el robot de da Vinci (1495) y el Golem (1580), son mas de 200 los ejemplos (la mayoría físicos, algunos conceptuales) que tapizan este recorrido de mas de 3.000 años buscando crear émulos humanos con materiales sintéticos.
Pickover pasa revista a los conocidos ejemplos de
1738: el pato automático de de Vaucanson
1770: el Turco Mecánico
1774: los autómatas de Jaquet-Droz
A medida que ingresamos en el siglo XX nos encontramos con todos los temas que hoy ocupan la atención de legiones de investigadores en IA por estricto orden cronológico de aparición.
1913: Reconocimiento óptico de caracteres (OCR)
1939: Síntesis de voz
1942: Las tres leyes de robótica de Asimov
1942: Robots militares letales
1943: Redes neuronales artificiales
Ya mas cercanos en el tiempo aparecen temas aun mas actuales y candentes
1950: Test de Turing
1952: Reconocimiento de voz
1954: Procesamiento del lenguaje natural
1956: Conferencia de Dartmouth sobre Inteligencia Artificial
1957: Perceptrón
1959: Aprendizaje automático
1959: Representación del conocimiento y razonamiento
Con la sorpresa de que los temas que hoy están de moda ya habían aparecido en el radar científico hace medio siglo sino mas.
1965: Sistemas expertos
1965: Lógica difusa
1965: Deep Learning
1968: HAL 9000
Mas recientemente emergen cuestiones de suma actualidad y urgencia como
1971: SHRDLU
1975: Algoritmos genéticos
1976: Etica de la IA
1986: Vida artificial
1997: Deep Blue derrota al campeón mundial de ajedrez
1999: Robot AIBO
2000: ASIMO y amigos
2001: Inteligencia artificial de Spielberg
Ya entrados en el siglo XX nos encontramos desde aspiradoras autónomas como Roomba (2002), o con la supercomputadora Watson que venció al campeón mundial de Jeopardy (2011), asi como las increíbles imágenes generadas por Deep Dream
La inesperada asimilación de la inteligencia artificial con los extraterrestres artificiales hecha por Kevin Kelly (2015), las máquinas campeonas de Go (2016) o de Poker (2017), robots que resuelven el cubo de Rubik en segundos (2018) y hasta el Predictor de la Muerte basado en IA (2019) (ver This Cat Sensed Death. What if Computers Could, Too?) figuran entre los hitos mas interesantes de esta retrospectiva histórica.
Si bien la obra de Pickover es de divulgación con amplia cobertura gráfica, la Inteligencia Artificial y los Robots han sido tema central de numerosas exposiciones, instalaciones, curadoras y hechos vectores del porvenir en las últimas décadas y cada vez mas frecuentemente.
Por ese motivo no nos extrañó que hace pocos días se inagurara en la Parsons School de Nueva York la muestra The Question of Intelligence AI and the Future of Humanity .
En este caso las preguntas por la Inteligencia artificial muestran trabajos en una variedad de medios de una docena de artistas, explorando qué constituye la inteligencia y si los algoritmos y las máquinas pueden construirla y de qué manera. La exposición ofrece una visión conceptual de las diferentes formas en que el arte digital se ha involucrado críticamente con los desarrollos en inteligencia artificial, e investiga las transformaciones sociales y culturales generadas por la IA.
Del mismo modo a Fundación Telefonica de España dedicó una exquisita exhibición (Octubre 2018-Febrero 2019) a la muestra, Nosotros robots donde se reflexionaba, a través de una selección de cincuenta robots, sobre los retos a los que se enfrenta la humanidad ante el desarrollo imparable de estas máquinas, y, además, sobre las posibilidades que nos ofrecen para transformar el futuro.
Previamente habíamos asistido presencialmente a otras muestras similares entre las que se destacó Persona (Enero-Noviembre Quai Branly, Paris, 2016), que buscaba responder a preguntas: ¿Cómo se convierte lo inanimado en animado? ¿Cómo establecen las personas una relación inusual o íntima con los objetos?
Un grupo de antropólogos abordó estos temas, en un momento en que nuestras ideas sobre el ser humano vacilan y las fronteras se ven empujadas continuamente hacia la implosión.
Muchos objetos se pafrecen mas a una persona o criatura que a un objeto simple. Las obras de arte, occidentales o no occidentales, populares o contemporáneas, o productos de alta tecnología (robots, máquinas, etc.) están regularmente dotadas, en su uso, de capacidades inesperadas para la acción, que las convierten en casi personas. Como un niño dedicado a su peluche o alguien que maldice su computadora o dispositivo móvil acusándolo de ser incompetente o terco. Como el chamán que llama a los espíritus a través de una estatuilla que se parece a los dioses.
Esta transferencia o confusión que existe entre humanos y no humanos, y la relación específica y personalizada que los conecta, en una amplia variedad de culturas, es el gran tema de esta exposición antropológica y también de la cursada de la cátedra).
Una incursión en la robótica, a través del trabajo pionero de Masahiro Mori (quien acuñara la expresión Uncanny valley), proporcionó una idea del papel del antropomorfismo en diversos artefactos, y lo que sucede cuando un robot con una apariencia demasiado humana, o cualquier trabajo de realismo intimidante, se presenta a nuestra mirada, inquietando al espectador.
No se trata pues de si el arte piensa mas rápido y mejor que la ciencia, sino de complementar ambos enfoques en dirección de una Tercera Cultura como hace décadas que viene insistiendo John Brockman, o mas específicamente hacia donde van migrando numerosa investigaciones centradas en las humanidades científicas (Bruno Latour), y lo antidisciplinario (Joi Ito) para aportar en favor de un poliedro interpretativo lo mas rico, variado. convergente/divergente posible.
2. Ojo con el tecnochauvinismo
A veces el arte va demasiado lejos, a veces la ciencia es la que se despega de nuestro mundo demasiado terrestre/pedestre y nos permite ver mucho mas allá del aquí y ahora con todos sus lastres.
Tanto en su libro como en esta entrevista How computers misunderstand the world Meredith Broussard explora la falacia de pensar que la solución tecnológica es la mejor
Hay muchas cosas en Internet que son populares pero no buenas, como el racismo o las hamburguesas de ramen. Sin embargo, cada vez más se nos ofrece lo popular y no lo bueno, y ese es solo un efecto negativo de creer que la solución tecnológica siempre es mejor.
Después de varias décadas de estar embelesados por la tecnología y sus promesas, de imaginarnos maravillas sin provenientes de la avanzada tecnológica, de suponer que estábamos a un tris de reemplazar a los humano ineficientes y desabridos por máquinas hiperpoderosas y sutiles, una serie de errores, manipulaciones, argucias y reconocimiento del lucro desmedido y de las indiferencia a la democracia demostrada por las principales empresas tecnológicas del planeta (con Facebook a la cabeza y el escándalo de Cambridge Analytica) pusieron un freno a este festival de ingenuidad y credulidad.
Como los humanos oscilamos permanentemente entre los extremos los ultimos 5 años han visto aflorar una inmensa, reiterativa y poco creativa literatura (anticipada por Andrew Keen en 2007 y Nicholas Carr en 2010) demonizando todos los totems que habíamos adorado hasta ayer, condenado la sorpresa por sospecha y la expectativa de un mundo mejor por uno muchísimo peor.
Probablemente ambas lecturas dicotómicas son igualmente peligrosas y nocivas y por ello posturas terceristas tecno-realistas como las de Broussard son mas que bienvenidas, especialmente provenientes de una mujer que programa desde los 11 años, y que valora altamente el paradigma centauro (una asociación que busca amplificar el poder creativo de la máquina y el humano en direcciones creativas y transformadoras mutuamente beneficiosas)
3. Tecnochauvinismo vs tecnorrealismo
Hace mas de 20 años una pléyade de tecnocríticos de la época entre los que estaban Steven Johnson, Douglas Rushkoff, Andrew L. Shapiro y David Shenk publicaron el Manifiesto tecnorrealista (Los principios del tecnorrealismo)
Para los tecnorrealistas las tecnologías no son neutrales, sino que pueden haber sido creadas, consciente o inconscientemente, con características que generen ciertos tipos de conductas políticas, sociales y económicas. Las tecnologías nos permiten tener distintos puntos de vista y modos de actuar siendo capaces de reflejar nuestros valores y personalidad al interactuar con otras personas.
Principios del tecnorrealismo
- 1. Las tecnologías no son neutrales
- 2. Internet es una revolución, pero no una utopía
- 3. Los gobiernos juegan un papel importante en el mundo electrónico
- 4. La información no es conocimiento
- 5. Preparar los colegios para la tecnología no es su salvación
- 6. La información quiere ser protegida
- 7. Las ondas transmisoras de información son de dominio público. El público se debería beneficiar de su uso
- 8 Comprender la tecnología debería ser una parte importante para la formación del ciudadano global
La gran diferencia entre estos principios abogados por muy pocos mientras la hybris tecnológica se desbocaba y los negocios en Internet se volvían mágicos hasta el derrumbe del NASDAQ en Marzo de del año 2000, es que el nivel de alfabetización digital, la penetración de Internet en la sociedad, la inexistencia de teléfonos inteligentes hasta 2007 y muchos otros factores convertían al manifiesto mas en una declaración de buenas intenciones que todavía podían cumplirse que en un punto de no-retorno como en el que estamos hoy.
En los inicios de la carrera de datos en 1996 (ver programa in icial de ese año) examinábamos los límites de los planteos de la primera cibernética y de los dos programas inspirados en ella: el sintético y el cognitivista.
Entonces buceábamos en las líneas de trabajo de la segunda cibernética o de las teorías de la autoorganización, de la autonomía y de la complejidad y del caos. Estábamos muy preocupados por las tendencias y perspectivas de las ciencias cognitivas.
A partir de una cartografía de las ideas de ese momento, imaginábamos a la enacción como alternativa a la representación. Intuíamos que era necesario diseñar un sentido común sin representaciones. Y que para avanzar en el diseño de la autonomía y de la libertad debíamos situar en un nivel de igualdad al cuerpo, al lenguaje y al conocimiento.
Pero no teníamos ni idea de cómo se llegar a estos niveles, de cuanto la ciencia y cuanto el arte podrían aportar para diseñar estos autómatas artificiales. Por eso 25 años mas tarde cuando todos los días nos vemos atravesados por una combinación cada vez mas convincente e inmersiva de nuevas interfaces que borran las fronteras entre lo nacido y lo hecho, podemos incluso darnos el lujo de recurrir a la literatura de ciencia-ficción (como modelo de diseño especulativo) para plantar bandera en esta búsqueda de síntesis humano/maquinales.
La novela tiene lugar en el año 1982, pero no como lo vivimos. Se trata de una novela contrafáctica, porque en esta alternativa de 1982, Gran Bretaña ha sido humillada en el Atlántico Sur, con 3.000 de sus soldados muertos y la junta argentina jubilosa no iensa dejar el poder; Lennon y JFK están vivos. Como bien lo dice Charlie Friend, el narrador del libro, en la mitad de la novela: “El presente es el más frágil de los constructos improbables. Podría haber sido diferente.»
McEwan revive a Alan Turing quien no se suicida para evitar su castración química. Apoyado por una serie de colegas desde Francis Crick hasta Demis Hassabis (el CEO de Deep Mind comprada por Google en 2014 quien parece haber nacido unas décadas antes) Turing lleva a Gran Bretaña a un futuro tecnológico de extraordinaria sofisticación.
En el mundo alternativo de McEwan hay autos autónomos, y los teléfonos móviles y las computadoras personales son más modernos que los que tenemos nosotros hoy casi 40 años después.
La investigación de Turing, que insiste en que esté disponible en código abierto, se ha empleado para diseñar androides que puedan sobrepasar a los humanos que los crearon. Charlie gana dinero con la muerte de su madre y compra uno de estos «humanos sintéticos» (25 en total en esta entreega inicial), un hombre llamado Adán (las Evas se agotaron de inmediato). Gran parte de la tensión de la narrativa se extrae del triángulo amoroso que se forma entre Charlie, Miranda su vecina de arriba y Adán el androide.
Como bien dice el critico Alex Preston en Machines Like Me review – a very modern menage a trois Meaquinas como yo es una novela sobre el poder de las novelas. Por eso Charlie sostiene que su compra de Adán ha sido moldeada por la literatura. «La imaginación«, dice, «más veloz que la historia, el avance tecnológico, ya había ensayado este futuro en los libros …» Esta es una novela que muestra a la forma como un ejemplo de la sutileza irreplicable de la mente humana.
La novela también es particularmente brillante al enunciar los problemas que enfrentaríamos las generaciones futuras a medida que las máquinas cumplan cada vez más los trabajos que actualmente realizan los humanos (uno de los temas centrales de la actual cursada). Habrá una crisis de tiempo libre, aunque, como señala Charlie, «las actividades de ocio sin fin nunca habían preocupado mucho a la aristocracia«.
Algunas citas de la novela realzan como una imaginación poderosa como la de McEwan puede hacerse preguntas intricadas y sutiles, y encima convertirlas en un programa que regula el comportamiento de un androide dejándonos boquiabiertos……..
«Vivimos junto a este tormento y no nos sorprendemos cuando todavía encontramos felicidad, incluso amor. Las mentes artificiales no están tan bien defendidas».
«Como Schopenhauer dijo sobre el libre albedrío, puedes elegir lo que quieras, pero no eres libre de elegir tus deseos».
“El presente es el más frágil de los constructos improbables. Podría haber sido diferente. Cualquier parte, o toda, podría ser de otra manera».
“Existencia autoconsciente. Tengo la suerte de tenerlo, pero hay momentos en que creo que debería saber mejor qué hacer con él. Para qué sirve. A veces parece completamente inútil.
«Un hombre recién enamorado sabe lo que es la vida».
“El futuro seguía llegando. Nuestros juguetes nuevos y brillantes comenzaron a oxidarse antes de que pudiéramos llevarlos a casa, y la vida continuó como antes ”.
“El otro día, Thomas me recordó la famosa etiqueta latina de la Eneida de Virgilio. Sunt lacrimae rerum: hay lágrimas en la naturaleza de las cosas».
“¿Tienes alguna idea de lo que se necesita para atrapar una pelota, o llevarte una copa a los labios, o darle sentido inmediato a una palabra, una frase o una oración ambigua? No lo hicimos, no al principio. Resolver problemas matemáticos es la fracción más pequeña de lo que hace la inteligencia humana. Aprendimos desde un nuevo ángulo lo maravilloso que es el cerebro. Una computadora tridimensional refrigerada por líquido de un litro. Increíble poder de procesamiento, increíblemente comprimido, increíble eficiencia energética, sin sobrecalentamiento. Todo funciona con veinticinco vatios: una bombilla tenue “.
4. Conectando los puntos
Cerramos la presnetación con algunas referencia muy genéricas a la forma de combinar, entretejer y realzar temas propios de esta cursada y que es potestad del ADN de la cátedra.
Como volveremos recurrentemente sobre el tema aquí simplemente haremos referencia a algunos ejemplos canónicos de como operar tan antidisciplinariamente, combinando artes y ciencia, largo y corto plazo, centro y periferia y sobretodo algoritmos y heurística humana como queda enunciado en un discurdso canónico de Steve Jobs – Connecting The Dots –
Pero cuando de conectar puntos nuestro consejero superior fue y siempre será Gregory Bateson (1904-1980).
Bateson detestaba la rigidez con que se manejaban los círculos intelectuales de su época (y de la nuestra), por lo que intentó predicar una epistemología evolutiva e interdisciplinaria. De la mano de sociólogos, lingüistas, psicólogos, psiquiatras, biólogos… se dedicó a realizar investigaciones acerca de la meta-comunicación.
Para Bateson, la mente, el espíritu, el pensamiento, la comunicación, se conjugan con la dimensión externa del cuerpo para construir la realidad individual de cada sujeto; el cuerpo trasciende la esfera de lo material a través de dichos aspectos, los cuales llegan a constituirse como las principales formas de cohesión psicológica y social humanas.
También analizó, desde un punto de vista evolucionista, los cambios que puede sufrir la sociedad a partir del comportamiento y conductas humanas; confrontó las dimensiones pasional e intuitiva del ser humano con la lucha de contrarios que subyacen a la vida de éste (orden-conflicto, estabilidad-cambio, bien-mal…), apareciendo la comunicación como un fenómeno fundamental de la evolución
Algunos epigramas acuñados por Bateson
- • La ciencia nunca prueba nada.
- • El mapa no es el territorio y el nombre no es la cosa nombrada. (Acuñado por Alfred Korzybski).
- • La división del universo percibido en partes y totalidades es conveniente y puede ser necesaria, pero ninguna necesidad determina de qué modo debe practicársela.
- • La lógica es un modelo deficiente de causa y efecto.
- • La causalidad no opera hacia atrás.
- • El lenguaje comúnmente acentúa sólo un lado de cualquier interacción.
- • Las palabras «estabilidad» y «cambio» describen una parte de nuestras descripciones.
- • La información o idea es «una diferencia que hace una diferencia».
Cerramos de este modo una narrativa que batesonianamente recorrió numerosos nodos que remiten permanentemente a capas de la realidad que necesitan de descripciones multinivélicas y anti-reduccionistas. Continauremos en el próximo encuentro explorando en mas detalle el fenómeno de lo vivo. Los esperamos.
Referencias
Bateson, Gregory Pasos para una ecología de la mente. Lohle, 1985.
Broussard, Meredith Artificial Unintelligence. How Computers Misunderstand the World. The MIT Press, 2018
Kelly, Kevin Call Them Artificial Aliens en Brockman, J (ed) 2015 : What do you think about machines that think?
Varela, Francisco et al De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia humana. Gedisa, 1997.
Wylie, Christopher Mindf*ck. Cambridge Analytica and the plot to break America. Randon House, 2019.
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