Diseñamos diversos artefactos para comprender el mundo, para manipularlo, explotarlo, amplificarlo. Cuánto más desarrollamos sistemas de control, diversas autonomías super complejas nos arrojan a la «nueva intemperie».
La urbanización, la agricultura industrial, la infraestructura de transporte, las actividades mineras, la pérdida de biodiversidad, los ciclos hidrológicos, la modificación genética de organismos, la acidificación oceánica, la disminución de la «naturaleza virgen» son aspectos de este nuevo normal de este nuevo mundo que lo sabemos como líquido.
Reconocemos con cierta demora que lo ecológico es una cuestión social. La respuesta «atávica» que observamos en los primeros momentos de la pandemia a escala global da cuenta de la fragilidad de los Estados que habían desmantelado el sistema de salud, habían desenfocado su inversión en la investigación científica y nos envolvieron en una narrativa individualista.
La ignorancia sistémica, la vulnerabilidad compartida son dimensiones para ir anotando en nuestras bitácoras al tiempo de tener siempre presente que las sirenas nos cantan fuertemente con canciones postverdad, desinformación junto a nuevas cacofonías de «expertos».
Les compartimos aqui el power point de este encuentro
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