Nuevas perspectivas para los nuevos medios
Todos sabemos que la digitalización de información y la conexión en red de computadoras ha provocado cambios rápidos y profundos en las maneras en que las personas se comunican y producen cultura. No sólo la digitalización ha modificado los modos de producir, almacenar y consumir cine, música, fotografía e información en general, sino que han hecho lo propio con las prácticas cotidianas de comunicación y acceso a la información. En cada espacio público, el tren, el subte, las plazas o las calles, solemos ver a la mayoría de la gente interactuando con teléfonos móviles: conversando con otros por chat, escuchando música, viendo videos, leyendo versiones web de los diarios: haciendo cosas con software. Este tipo de software es algo especial, dado que a diferencia de los primeros programas, creados en la década del cuarenta y destinados a actividades científicas, contiene “átomos” de cultura. Es decir, es usado para producir expresiones a las que pueden asignárseles un significado. Si hacemos un poco de memoria, podremos recordar que hace unos diez o quince años el ecosistema de los medios de comunicación era más sencillo, menos móvil y menos ubicuo.
Los medios digitales irrumpieron y se consolidaron rápida e incesantemente en dos décadas, y paralelamente se fueron conformando diferentes abordajes sobre los nuevos medios. Si se quiere, los investigadores sociales han inventado diferentes lentes para observar el complejo y omnipresente entramado de medios digitales. Algunos de ellos se dedicaron a analizar las relaciones entre las máquinas, y las nuevas subjetividades, identidades y modos de sociabilidad que éstas dibujan. En el terreno lindante entre la sociología y la economía, por otro lado, se destacan las miradas sociológico-empíricas que abordan la dimensión social, económica y política de los intercambios, ligadas al estudio de la sociedad de la información y al debate sobre si las tecnologías digitales producen modificaciones en las estructuras sociales y económicas. También se desarrollaron con éxito perspectivas cuantitativas orientadas al análisis de mercado. Por último, se instalaron durante los últimos años los estudios de consumos culturales que ponen de relieve la actividad de las audiencias al usar tecnologías digitales, borrando las distancias entre consumo y producción y las miradas etnográficas, que ponen de relieve la construcción social de la tecnología a partir de las prácticas que un conjunto de actores realizan en torno al dispositivo y que modifican los hábitos culturales y sociales.
El problema de la escala de la información en los medios sociales. Nuevos abordajes.
Las perspectivas que mencionamos tienen aspectos fascinantes, pero ninguna de ella observa ni el carácter cuantitativo a gran escala, ni el papel protagónico del software, determinantes ambos para la producción cultural actual Es que la digitalización de información asume en nuestra cultura la estatura de un monstruo: por un lado, puede con procesos ya bien establecidos, depositar en un soporte magnético grandes cantidades de información producida analógicamente. Por ejemplo, registrando digitalmente producciones textuales, visuales o musicales originalmente analógicas. Además, podemos notar que gran parte de la comunicación actual es eminentemente digital, multimedia y móvil: redes sociales, blogs, plataformas para compartir fotografía y video, video juegos on line u off line conforman todo un campo de análisis a ser explotado a fines de comprender su importancia en la cultura contemporánea.
Pero en estos últimos ejemplos, la dimensión de la escala de las interacciones es sumamente trascendente. Según el sitio LiveStats, que brinda estadísticas de Internet en tiempo real, cada día se suben cerca de 60 millones de fotos a Instagram, se escriben 350 millones de twits, se ven tres mil ochocientos millones de videos en YouTube, se postean cerca de dos milones de publicaciones en Blogger. La interacción entre producción de información a gran escala, software y usuarios se instala cotidianamente en nuestras prácticas culturales, cada vez más modeladas por un software del que poco conocemos. En consecuencia, los investigadores sociales también necesitamos de un uso intensivo de software para poder comenzar a dar cuenta y a comprender la importancia cultural de estas recientes producciones digitales.
Es por eso que en los últimos años, algunas perspectivas como las humanidades digitales, la analítica cultural y la culturomía han avanzado en la construcción de abordajes teóricos y prácticos, basados en software, para el procesamiento, el análisis y la interpretación de grandes cantidades de datos culturalmente significativos, combinando elementos como el procesamiento informático de datos, nuevas formas de visualización de información y nuevas modalidades de lectura. Las humanidades digitales nacen del encuentro entre las temáticas de raigambre humanística y el uso intensivo de software para desarrollarlas.
Actualmente, diversos centros académicos en el mundo, aceptan este cambio y se avocan al desarrollo y aplicación de software al análisis de grandes sets de datos culturalmente significativos abordables sólo desde su digitalización, y analizados con minería de datos (a partir de la programación de software especializado que permita procesar información cultural y así poder analizarla e interpretarla a la luz de nuevas evidencias generadas por estos nuevos métodos. La formación de Asociaciones de Humanidades Digitales que aúnan esfuerzos entre académicos de diversos centros de estudios del área es un hecho global y también local. Desde hace un año, Argentina está conformando su propia Asociación de Humanidades Digitales formada por académicos de todos los puntos del país que a través de temáticas diversas incorporan software al proceso de producción de sus investigaciones y proyectos de temática literaria, comunicacional, educativa, archivística o social. Varios analistas de las relaciones entre cultura y tecnología han retomado el concepto y el abordaje de las humanidades digitales, que es muy reciente, habiendo surgido hace no más de quince años sus primeras manifestaciones.
Podemos reconocer tres etapas de las humanidades digitales, que vinculan el uso de dispositivos tecnológicos digitales a las prácticas asociadas a las ciencias sociales y humanas, tradicionalmente ligadas al soporte analógico del papel, y al pensamiento lineal del texto. Ahora bien, a lo largo de los últimos quince años, estas áreas del conocimiento han empleado en forma creciente tecnologías digitales para llevar a cabo sus tareas de investigación. Comenzando siendo tecnologías de apoyo que tenían un papel periférico en el diseño de las investigaciones (correo electrónico, búsquedas en Internet). A éstas se refiere el especialista David Berry como Primera Ola de Humanidades Digitales . Una segunda etapa consistió en la digitalización de repositorios y grandes cantidades de datos originalmente analógicos, para su preservación y consulta. Como ejemplo, es muy interesante en este sentido el proyecto que lleva adelante la Biblioteca de la Facultad de Humanidades de la Plata, que se encuentra en estos momentos digitalizando los archivos de manuscritos del gran escritor Manuel Puig. Finalmente, la tercera ola se caracteriza por la interacción entre objetos de estudio y preguntas del campo de las humanidades y las ciencias sociales y la intervención activa de tecnologías digitales que determinan directamente el diseño de la investigación, y su capacidad de formular interrogantes y construir interpretaciones.
Software es cultura.
En nuestro mundo actual el software es omnipresente. Las empresas que lo producen están entre las más importantes del mundo. Nuestras propias prácticas comunicativas y culturales están mediadas por software, y cuando no lo están, las percibimos “extrañas”, “especiales” o “poco duraderas”. El software es fundamental para los procesos de globalización, para el diseño y el control de la producción. Nuestras prácticas culturales y comunicativas se encuentran en su gran mayoría mediada por software: escribir, producir imágenes, buscar información, compartirla, publicarla, remixarla o recombinarla necesitan software. Por ejemplo, si vemos a la gente en los medios públicos de transporte, están todos haciendo cosas con sus celulares inteligentes, a partir de sistemas operativos y aplicaciones que son software. Programas. Instrucciones que le dicen a una máquina que además es otro software, que haga algo. Sin embargo, en las ciencias sociales, lo que más naturalizamos, lo que está más cerca, es lo que más nos cuesta ver como objeto. El software es uno de nuestros artefactos más frecuentes pero también uno de los más naturalizados. No sabemos cómo funciona, y la mayoría de las veces no nos importa. Solemos acordarnos de él en pocas ocasiones. Una de ellas es cuando no funciona. El allí que lo transparente se vuelve opaco, y lo invisible, visible. ¿Podrán ser las Humanidades digitales las que nos otorguen a las ciencias sociales las lentes de aumento que necesitamos para comprender el alcance de los fenómenos culturales contemporáneos? Queda abierto el interrogante.
Enlaces
Internet Live Stats: http://internetlivestats.com/
Software Studies http://lab.softwarestudies.com/
Stanford Literary Lab http://litlab.stanford.edu/
Asociación Argentina de Humanidades Digitales http://aahd.com.ar/
Web del Taller de Datos – FSOC-UBA http://catedradatos.com.ar
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InterLink Headline News 2.0 — Interlink Headline News Nº 7218 del Viernes 7 de Noviembre de 2014
[…] EDITORIAL SOFTWARE ES CULTURA. UNA MIRADA A LA NUEVA ESCENA DE LAS HUMANIDADES DIGITALES. Editora Invitada Gabriela Sued Post original […]
Software es cultura. Una mirada a la nueva esce...
[…] “Nuevas perspectivas para los nuevos medios Todos sabemos que la digitalización de información y la conexión en red de computadoras ha provocado cambios rápidos y profundos en las maneras en que las personas se comunican y producen cultura.” […]
Bibliografía | Sophie Alamo
[…] Sued, Gabriela (2014): “Software es cultura” en: http://catedradatos.com.ar/2014/11/software-es-cultura-una-mirada-a-la-nueva-escena-de-las-humanidad… […]
Autores | En Ciento Cuarenta
[…] Sued, G. (2014) : “Software es cultura”, en “Software es cultura. Una mirada a la nueva escena de las humanidades digitales” en http://catedradatos.com.ar/2014/11/software-es-cultura-una-mirada-a-la-nueva-escena-de-las-humanidad… […]