statsscultura participativa cloud34_bigDe la cultura de la convergencia a la cultura del software.

Teórico n° 2: De la cultura de la convergencia a la cultura del software.

Apuntes sobre las tensiones en la red, segunda parte.

Bert is evil!

La clase pasada estuvimos repasando algunos de los puntos axiomáticos de este programa, tales como la relación entre tecnología y sociedad, la necesidad de una comprensión que fuera más allá del juicio de valor tecno-optimista o tecno-pesimista, el momento de tensiones que se da entre el uso de una tecnología que nos hace la vida más fácil en muchos aspectos pero que nos hace menos autónomos en otros.

Con estos supuestos básicos tenemos el terreno allanado para darles un panorama de los diferentes conceptos y temáticas clave que recorreremos en esta cursada, que se adentra en cuestiones sociotécnicas muy relacionadas con Internet, pero también busca comprender el espíritu de la época, que está conformado alrededor de los intercambios digitales de información. Ese es entonces el objetivo de este segundo teórico.

La idea de hoy no es remontar los orígenes de Internet, porque no nos alcanzaría el tiempo para hacer el recorrido que  queremos hacer (aunque de un modo u otro la retomaremos en el teórico sobre la Cultura del software de Manovich).  Pero sí vamos a iniciar nuestro recorrido exactamente donde comienza el siglo XXI.

Unos años después de que los “cibernautas” o los “navegantes” comenzaran a  usar la WWW como espacio de  consulta no lineal  de información archivada, dos importantes cambios modelaron la Web como la conocemos: la Web 2.0  y Google .  La primera  surgió como respuesta entrópica al desmoronamiento de las grandes empresas proveedoras de contenidos que hasta el año 2000 cotizaban en la bolsa de Nueva York, y depositó   la producción de contenido en manos de los usuarios finales. La World Wide Web se reinventó a sí misma cambiando al gran portal concentrador de audiencia por la larga cola de audiencias atomizadas, sustituyendo al usuario navegante por el usuario productor de blogs, wikis y fotologs, “padres fundadores”  de las actuales redes sociales.  Los modos en que la información fluye actualmente responden al paradigma de la llamada  por Henry Jenkins cultura de la convergencia, la que coloca su primer mojón en la red de la mano de la actividad de los usuarios bloggers, de la cual  la historia de Bert is the devil! http://news.bbc.co.uk/2/hi/south_asia/1594600.stm es el primer mojón del flujo de información que se construye de manera convergente entre los usuarios, quienes ya no usan la web sólo para consultar información, sino también para producir contenidos, y las plataformas mediáticas.

Desde nuestro grupo de trabajo observamos con atención el pasaje de la lectura a la producción, andamiada sobre una economía de la atención diferente, donde tal vez por primera vez en la historia de las mediaciones, la oferta de contenidos superaba a la demanda, y donde la autopublicación volvía simple el proceso de escribir,  y complejo el de encontrar lectores. Las primeras formas de audiencias productoras tuvieron lugar en el periodismo participativo, impulsado además por la difusión de las tecnologías móviles, algunos movimientos sociales aislados, coordinados por móviles, y por la participación de fanáticos de ficciones en foros ad-hoc.

Durante algunos años estuvimos metidos allí, o dentro de las culturas participativas en general: exploramos muy de cerca las narrativas confesionales, multimediales, egocéntricas, descentradas, persuasivas y transmediales de las audiencias digitales. Nos guiaron la teoría de las audiencias participativas de Henry Jenkins, las teorías de la inmersión de Janet  Murray, las de la subjetividad mediadas por tecnologías de Sherry  Turkle .

Una web prácticamente producto de la cultura de la convergencia.

¿Qué quiere decir esto?

a Que las prácticas tecnoculturales de los usuarios son culturalmente significativas. Esto quiere decir que son prácticas productoras de  sentido individual, pero también social. Que las prácticas culturales organizan formas de sociabilidad, percepciones estéticas, formas de construcción de identidad individual y colectiva.

  1. Que las prácticas culturales actuales son prácticas mediadas por software.
  2. Que no podemos ignorar la dimensión del software en la cultura actual (agregaría en la cultura, la economía de la información, la formación de subjetividades, los modos en que nos comunicamos con los otros, y las maneras en que percibimos el mundo). Que el software entonces juega un rol fundamental en la producción de cultura de este momento.

La significación cultural del “Me gusta”

¿Cuáles son las prácticas mediadas por tecnologías culturalmente significativas y cómo adjudicamos significación cultural a esas prácticas?

Es allí que no podemos tomar los eventos en forma aislada. Cada evento forma parte de un aspecto más amplio del quehacer humano:

  • Contar la historia de la propia vida (narrativas on line)
  • Construir o reafirmar  valores subjetivos e identitarios
  • Construir una comunidad de intereses
  • Formar parte de un acto creativo público y colectivo , por ejemplo con memes
  • Participar  colectivamente de la esfera pública  a través de redes sociales

Existen prácticas, contextos, y comunidades de participación. No todo gesto participativo tiene el mismo valor.  Ejemplos de audiencias participativas actuales y cercanas pueden verse en la parte blanca del prezi.

Las participaciones de los usuarios en las redes sociales biográficas como Facebook, de microblogging, como Twitter, de producción audiovisual, como YouTube, de fotografía, como Instagram, o las recurrentes prácticas de búsqueda en plataformas como Google son paradigmáticas de la convergencia cultural, y constituyen prácticas habituales y significativas para los propios usuarios, para otros destinatarios y hasta para los medios  masivos de comunicación, que recurren a ellos para producir noticia de varios modos. Siendo que los múltiples espacios de la comunicación individual y social se encuentran atravesados por prácticas de este tipo, su análisis y comprensión se hacen necesarias.  Pero dada la gran escala  y la velocidad con que se concretan estas prácticas, las miradas cualitativas e interpretativas sobre estos fenómenos suelen ser insuficientes a la hora de su análisis. En los últimos años surgieron abordajes trans-disciplinarios que tienen en cuenta tanto el problema de  la cantidad de la información producida como el significado de las prácticas culturales que puede atribuirse a esa producción.

Pero en estos últimos ejemplos, la dimensión de la escala de las interacciones es sumamente trascendente. Según el sitio Internet Live Stats, http://www.internetlivestats.com/,   que brinda estadísticas de Internet en tiempo real, cada día se suben cerca de 60 millones de fotos a Instagram, se escriben 350 millones de twits, se ven tres mil ochocientos millones de videos en YouTube, se postean cerca de dos millones de publicaciones en Blogger. La interacción entre producción de información a gran escala, software y usuarios se instala cotidianamente en nuestras prácticas culturales, cada vez más modeladas por un software del que poco conocemos. En consecuencia, los investigadores sociales  también necesitamos de un uso intensivo de software para poder comenzar a dar cuenta y a comprender la importancia cultural de estas recientes producciones digitales.

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Derivas  de la cultura participativa

Es así que la cultura participativa es el desencadenante de todos los conceptos clave que recorreremos en esta cursada, y a los que recorreremos las próximas clases:

  • Cultura del software
  • Big data
  • Algoritmos sociales
  • Algoritmización de la cultura
  • Diseños especulativos de futuro

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Big data

Las redes sociales ponen en foco un problema que hasta ese momento no habíamos abordado más que en la develación de datos cuantitativos: el problema de la escala de la información producida cotidianamente en la Web, presionaba fuertemente sobre varios aspectos: las prácticas socioculturales de repente devinieron prácticas virtuales móviles, dinámicas, en tiempo real y cuantitativamente gigantescas. De repente, la cultura no podía pensarse sin software, sin  dispositivo móvil y sin escala.

El problema con estas prácticas es que son efectuadas a gran escala, cambian en tiempo real, se realizan en plataformas mediáticas cuyos intereses son capturar y apropiarse de estas expresiones para darles otros usos diferentes al empoderamiento y la autonomía de los usuarios (volveremos sobre esto), generan una cantidad de información ingente cuyo almacenamiento, circulación y reapropiación forman parte de un proceso muy complejo que escapa completamente a la autonomía del usuario, y son muy difíciles de comprender si no se tratan a escala y con metodologías de investigación que implican el uso intensivo de software, lo que demanda otras competencias y saberes diferentes a los cuantitativos y textuales para los analistas de la información.

En esta cultura convergente, todo aquello que los usuarios producen en las redes, es reapropiado por las plataformas mediáticas para convertirse en datos de grandes bases que almacenan toda la información que se produce, aún también la que no llega a producirse. Y así, se producen grandes bases de datos que almacenan información nada más y nada menos que sobre nuestra vida, nuestros gustos, nuestras fotografías, nuestras preferencias, nuestra creatividad, y nos la devuelven procesada en forma de recomendaciones culturales, publicidad personalizada, o control gubernamental.

Cultura del software

A diferencia de los generados por otros períodos culturales, los objetos digitales tienen dos particularidades: son producto de la convergencia entre la acción  de  corporaciones mediáticas con sede total o parcial en la red Internet, y la   participación activa y colectiva de los usuarios de tecnologías digitales. Pero además son producidos mediante lo que Lev Manovich denomina “software cultural”: “en el sentido de que es usado por cientos de millones de personas y que acarrea “átomos” de cultura (medios e información, además de interacción humana en torno a estos medios e información) – es sólo la parte visible de un universo de software mucho más amplio.”

La algoritmización social, nuestro fantasma en la máquina

De modo que el concepto de cultura participativa no abarca  todo el flujo de información que circula en la red, aunque sí podemos decir que es su combustible. Al  segundo movimiento que abarca el flujo informacional actual  lo llamaremos algoritmización social. Es decir, la automatización de procesos sociales y simbólicos que hasta hace poco eran reservados solamente a humanos. Creo que podemos aceptar, a esta altura de los acontecimientos, la robotización de las fábricas y de las logísticas (el depósito de libros de Amazon está completamente robotizado), pero si se trata de hacer música, escribir un poema, o hacer crítica estética, ésas son tareas que hasta ahora nos han otorgado nuestro atributo humano. Sin embargo, son espacios que poco a poco van siendo ocupados por algoritmos. Y es ahí, en ese proceso de algoritmización de todas aquellas acciones que implican tocar atributos sociales, afectivos, culturales, estéticos, que se llevan a cabo en la red de manera velada y silenciosa, desde hace tiempo atrás, que aparece nuestro querido fantasma en la máquina.

Veamos el ejemplo de la presentación,  donde la máquina ayuda al humano a construir sus propios poemas, pasamos uno, donde el programa construye su propio poema, y logra engañarlo, logrando su publicación en una revista literaria. En el lenguaje de la Inteligencia Artificial se suele decir que “una máquina es inteligente si pasa el test de Turing”, es decir, si no logramos saber si el que ejecutó la acción es un humano o una máquina. Claramente las máquinas logran pasar el test de Turing en muchísimas situaciones que tienen que ver con operaciones estructuradas, cálculos matemáticos, procesos industriales de fabricación, por ejemplo, pero hasta el momento, no había habido demasiados avances sobre los aspectos humanos que requieren una adecuación al contexto inmediato a partir del uso de lo que llamamos el sentido común, manejar un auto, escribir una obra literaria, pintar una obra de arte. Pero, nos estamos acercando. Esta experiencia muestra cómo a partir de una base de datos de 60.000 obras, un algoritmo fue encontrando las obras de arte más creativas para un período dado. Un programa de computación puede dar por tierra con siglos de crítica de arte, con el accionar de gente muy formada, con las instituciones como los museos o los centros de arte, o las universidades. Pero además, este algoritmo da por tierra con el concepto de humanismo mismo, en el que la “humanidad” iluminista se logra mediante la lectura, el cultivo de la estética, la apreciación del arte, porque estos serían los elementos que contienen los valores humanos más altos.

De allí entonces podemos comenzar a ver cómo nuestras vidas se van entretejiendo de a poco y la mayoría de las veces sin darnos cuenta, con programas que modelan aquellos aspectos de nuestra vida que creíamos alejados de la tecnología: los estados de ánimo, las anticipaciones  de los algoritmos a los embarazos de las mujeres en Estado Unidos en el análisis de sus compras en Internet, y lo difícil que resulta salir, aunque realmente lo querramos, de la telaraña que las redes y los algoritmos construyen en torno nuestro.

Se pueden  encontrar ejemplos de algoritmización social y de posthumanismos  en la parte negra del prezi, ver más arriba.

Diseños de futuro y Posthumanismo

 

El humanismo como objetivo ha sido superado por una nueva inteligencia post-humana, que encuentra en la técnica la prolongación de la inteligencia, el cuerpo y los sentimientos. Al pensar en el post-humanismo, no hace falta pensar en un extraño ser, mezcla de humano y robot, porque el post humanismo es antes que nada un concepto. Un concepto que superador de la mentalidad letrada, basada en la técnica escrita de la imprenta, para pasar  a definir la inteligencia humana en la interrelación entre humanos y máquinas que procesan información. En esa línea, tenemos dos preguntas que se abren ¿es posible crear una máquina que pueda hacer todo aquello que los humanos hacen, enamorarse por ejemplo? Esa línea es la llamada singularidad tecnológica, promovida por el ingeniero de Google Kurtzweil. La segunda pregunta es ¿es posible pensar en nuevo ser humano, cuyas fronteras superen los límites hoy conocidos, a partir de inteligencias aumentadas mediante artificios técnicos? El mejoramiento tecnológico es, hoy por hoy, una política de desarrollo científico-tecnológico ya delineada y seguramente posible en un futuro cercano.

La ciencia ficción ha funcionado anticipando y advirtiendo sobre el desarrollo tecnológico. Así como las ficciones de la década del cincuenta se centraban en robots, las del setenta aludían a la conquista del espacio, las actuales se orientan directamente a la singularidad tecnológica y el mejoramiento humano.

¿Es posible decir “no” a estos cambios? Tal vez, pero qué precios estaríamos pagando? Son estas tecnologías “liberadoras”, o sujetan cada vez más nuestros cuerpos a dispositivos técnicos, creando nuevas dependencias?

Quedan abiertos estos interrogantes.

Comentarios

  1. Inés Vazquez Noya

    Muy interesante todo lo expuesto, creo que la oración que resume estos primeros textos es: «la automatización de procesos sociales y simbólicos que hasta hace poco eran reservados solamente a humanos». Lentamente las actividades propias del humano están siendo reemplazados por la tecnología. El potencial de las mismas aumenta todos los días de manera exponencial que me pregunto si existe algún limite a su expansión y desarrollo. En mi caso particular, no me deja de asombrar la cantidad de cosas que se pueden hacer a través de las aplicaciones y plataformas que ofrece la web.
    Inés Vazquez Noya
    Comisión 15 – miércoles 19 a 21 hs.

  2. Ornella Pellecchia

    (Comisión 15)
    «Las prácticas tecnoculturales de los usuarios son culturalmente significativas… Son prácticas productoras de sentido individual, pero también social… Identidad individual y colectiva.»
    Es por esto, que el término “software cultural” tiene sentido. La cantidad de personas que lo utilizan y lo que esto crea, es cultura. Es la formación actual de una cultura participativa.

  3. Josefina Susemihl

    Nunca me habia puesto a reflexionar acerca de estos temas y me asombran totalmente. Es increible la idea de que poco a poco todo aquello desarrollado por el hombre vaya siendo reemplazado por la tecnología, me atemoriza pensar que podriamos llegar a ser completamente sustituidos.
    Comision 15. Miercoles de 19:00 a 21:00

  4. Constanza Guglieri

    Es sorprendente el impacto en la vida cotidiana que tiene la tecnología, y especialmente el software. El hecho de ser reemplazados por algo no biológico es difícil de pensar y al mismo tiempo, desesperanzador.

  5. Muiño Chaves, Victoria

    Creo que cursar esta materia va a ser un antes y después en mi experiencia diaria de usuario de las distintas redes sociales que hoy «prosumo». El entretejido de algoritmos que hay detrás de cada interfaz muchas veces sirve para tener una experiencia de usuario más eficiente a nuestras expectativas y, por otro, lado aterra la idea de que un «gigante» almacene tal compleja cantidad de datos sobre los que estamos en red.

  6. Stefanía Rodriguez

    Siguiendo lo visto en el teórico, me parece de suma importancia resaltar el concepto de culturas participativas dado que es un tema relevante y nos involucra a todos como contemporáneos de la época. Resulta que atravesamos un pasaje donde pasamos de ser “sencillos” lectores, para formar parte de la producción de dicha información -digital-. Las prácticas desarrolladas por los usuarios conllevan un sentido propio y al producirse el intercambio, inmediatamente pasan a ser de índole social. El software vendría a ser aquello que une todo, las prácticas culturales son prácticas mediadas por el software.

    Stefanía – Comisión 15 (Miércoles 19 a 21 hs.)

  7. Romina Modini

    Sin dudas la cultura del software es una nueva manera de interactuar socialmente, y está tan «naturalizado» que muchas veces no nos ponemos a reflexionar sobre estos temas. Creo que es importante conocer y aprender sobre estos nuevos modos.

    Romina Modini (comisión 15)

  8. Yasmín Alvarez

    Está bueno pensar en estos temas, ya que pienso que el cambio y el futuro es lo que se está dando aquí y ahora. En cierto sentido me genera una sensación rara pensar que en el momento en el cual el hombre, creador del robot, quede fuera del sistema a causa de su misma creación, lo veo como un darwinismo bastante polémico.

    Comisión 15 (miercoles de 19 a 21)

  9. Martín Casal

    me gustó el teórico de ayer 1/9, me pareció interesante y que puede aplicarse, curso en la comisión de los miércoles de 19 a 21 hs

  10. Nadia Rebrij

    Muy interesante! No deja de sorprenderme como todo lo que hacemos puede transformarse en «dato» y usarse para generar patrones.

  11. Alcaraz José Luis

    Creo que sobre el final la explicación de qué es Big Data pudo ser más ágil si no se hubiera intentado tanto ejemplificar que era un terabyte. Lo demás bien.

  12. Lisandro Rull

    Muy interesante. Miércoles de 19 a 21 hs.

  13. Itatí de Madariaga

    Creo que lo que más me sorprendió de lo explicado es el hecho de la simple posibilidad de un posthumanismo. Cómo puede ser que las máquinas puedan procesar de tal manera que no podamos distinguir lo que producen de lo de los humanos, sobretodo en el aspecto creativo que antes se nos atribuía y es más, era una forma de diferenciación.
    comisión 15 miércoles 19-21

  14. Ornella Gonzalez

    Es increíble como avanza la tecnología sin que nosotros reflexionemos al respecto. Las clases son muy interesantes y nos ayudan no solo a aprender sino a responder muchas dudas que tenemos. comision miercoles de 19 a 21 hs

  15. Agustín Aguilar

    Hasta ahora los teóricos me parecen interesantes y dinámicos. Me resulta interesante la idea de «cultura del software». Comisión miércoles 19-21

  16. daniela domleo

    «(…) la telaraña que las redes y los algoritmos construyen en torno nuestro.» Creo que esta frase plasma la síntesis de este tema. Cómo nuestra cultura está inmersa en los algoritmos y no puede escapar de ella, cómo naturalizamos vivir nuestra vida con algoritmos.

    Saludos,
    comisión 15 – miércoles 19-21hs

  17. Martina Aliano

    Muy interesante todo lo expuesto en la clase. Me resulta imposible no preguntarme ¿ y después? Quizás esto que hoy sorprende en unos años pase a formar parte de lo «natural» y el hecho de poder enamorarse de una máquina o gobernar a través de una plataforma digital como Twitter pasen a formar parte de la humanidad, o mejor dicho la post humanidad.
    Comisión 15- miércoles 19 a 21 hs

  18. Karen Zen Eckell

    muy interesante la clase. comisión 15 19 a 21

  19. Alberto Galmarini

    Es sorprendente la profundidad y el avance de estas temáticas. Hacen que uno se sienta insignificante dentro de un mundo tan amplio y, al mismo tiempo, insignificante el uso que uno le da a un campo que es mucho más grande de lo que uno imagina o en palabras de manovich «el software cultural es sólo la parte visible de un universo de software mucho más amplio.”
    Comisión 15. Miercoles de 19 a 21

  20. Clara Penacino

    Muy interesante, sobretodo lo que se refiere al estudio de las culturas participantes, y las grandes cantidades de datos a grande escala que estas proporcionan.
    comisión 15 – miércoles 19 a 21hs

  21. Camila Dolian

    me resulta interesante cada clase y cada tema planteado; al igual que en el teorico anterior, sigo sosteniendo que este tipo de debates abren la cabeza y liberan de la monotona y rutinaria costumbre a lo largo de la carrera. Me es extraño, y en tanto aterrador, el universo que estamos aprendiendo a reconocer a en las lecturas, clases tanto practicas como teoricas y debates.
    comision 15 -MIERCOLES DE 19 A 21 HS

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