Captura de pantalla 2023-05-22 a la(s) 21.49.06Captura de pantalla 2023-05-22 a la(s) 21.49.29Captura-de-pantalla-2023-05-22-a-las-21.44.19Captura-de-pantalla-2023-05-23-a-las-17.29.48Contar el futuro. Fotos del mañana

Contar el futuro. Fotos del mañana

Tras haber explorado las señales de cambio y sus posibles resultados y su “impacto” proyectado, estamos en condiciones de acercarnos a la última fase del proceso de trabajo que consiste en narrar esos escenarios futuros. Repetto, Cortés Funes y Califa (2020), autores de Explorando futuros, nos advierten que el ejercicio de fabricar el futuro no consiste tanto en anticiparlo tal cual se dará sino en poder visualizar qué oportunidades y riesgos conlleva. 

Tomamos como punto de partida al Museo de Futuros, un archivo digital abierto en el que se comparten imágenes, textos, audios y videos que muestran distintas imaginaciones sobre el futuro. El Museo tiene la función de conservar archivos digitales sobre el futuro, curarlos y a su vez enlazarlos con públicos locales. Estas producciones se enmarcan en el proyecto 2084 Futuros Imaginados desde el Sur, que conecta lo creativo y especulativo con referencias culturales de las comunidades. 

La primera foto de futuro que de allí tomamos se llama Hydro Skyscraper. Fue desarrollada por Micaela Tagliapietra, Felipe Benavente Bascur, Michael Sedens.

Esta foto nos cuenta: 

Los dos factores de riesgo que llegarán a la humanidad durante la próxima década son la “crisis climática” y la “falta de respuesta a la crisis climática”. Uno de los daños más graves del cambio climático es la sequía extrema, lo que lleva a la desertificación causada por la falta de agua a largo plazo.

Para volver a lo que alguna vez fue la Tierra, en el 2084, nace un nuevo sistema de educación de alto grado ubicado en los grandes desiertos y fuentes de agua todavía con vida como las salinas, valles, lagunas, lagos. En la provincia de Catamarca, más precisamente en las salinas de Antofalla, se instala este rascacielos que no solo es una universidad sino también una planta potabilizadora.

También desde la zona central de la torre se absorbe el agua en estado gaseoso de las nubes que aún sigue siendo potable.

Los estudiantes se especializan en hidrología, la ciencia que estudia las aguas terrestres.

Tomado de Hydro Skyscraper. Micaela Tagliapietra, Felipe Benavente Bascur, Michael Sedens

A partir de esta imagen podemos inferir un proceso de producción, que en nuestro caso nos llevaría en retrospectiva al análisis de indicadores y al trabajo con las señales de cambio. El escenario de Skyscraper combina dos dimensiones: por un lado, la tendencia a la desertificación, producto del cambio en los patrones climáticos y aumento de la temperatura global, y, por otro, la posibilidad de una mayor resiliencia resultante de la inclusión de la problemática ambiental en la educación en todos los niveles (ODS 13.3). Podríamos haber trabajado con indicadores vinculados a estos dos ejes de análisis, y de la combinación de estas señales llegaríamos a esta nueva posibilidad.

Los autores reconocieron una oportunidad en este escenario, en el diseño del edificio, y por eso recuperaron el diseño de la Escuela al aire libre, de Duiker y Bijvoet, situada al sur de Amsterdam. Este tipo de escuelas tienen una historia, ya que inicialmente estaban situadas en el campo y estaban destinadas a chicos que tenían dificultades de desarrollo, que necesitaban el aire libre y el sol, aunque con el tiempo su significado fue cambiando y pasaron a instalarse también en entornos urbanos y a ser vistas como beneficiosas para todos los chicos. Observamos que el escenario futuro proyecta una visión a largo plazo (en este caso a 2084), y que de este podrían derivarse decisiones estratégicas (mediano plazo) y tácticas (corto plazo).

La segunda foto del futuro que tomamos fue fabricada en base a “prompts” usando la herramienta Stable Diffusion, de inteligencia artificial generativa. Su autora es Jazmín Saavedra Piñeiro. La narrativa sobre la ciudad de Buenos Aires en 2084 se construye a partir de los “prompts”, que refieren a incendios forestales y una sequedad abstracta al estilo de Picasso, una mujer de Johannes Itten, y una naturaleza y bosques patagónicos de Argentina al estilo de Picasso, 2084 (con imágenes tomadas de DeviantArt y ArtStation). Podría pensarse que la reflexión sobre las oportunidades y riesgos que conlleva ese futuro se cuenta desde el lenguaje mismo y el modo de producción que se utiliza.

Las fotos del futuro son un llamado a terraformar la tierra desde distintas perspectivas y condiciones tecnológicas. Bratton (2021) observaba que podemos pensar la idea misma de crisis climática a partir de la computación a escala planetaria en la que “automatizamos” o “delegamos” una serie de decisiones. En este sentido cabe esperar que las señales de cambio estén asociadas a estos “no-objetos”. Por ejemplo, OpenDroneMap es una herramienta de código abierto que utiliza la técnica de fotogrametría para procesar fotografías aéreas y generar mapas y modelos 3D sobre distintos aspectos de la realidad, como la salud de los árboles, la clasificación de especies, la evaluación de biodiversidad. Vale la pena preguntarnos cuál es la geopolítica que se dibuja en estos nuevos mapas.

Por otro lado, la noción de terraformación opera en una escala de tiempo mucho más larga que nuestras narrativas culturales, y como humanidad hemos venido utilizando diferentes herramientas para transformar el mundo (y a nosotros mismos), con lo cual es clave esa dimensión imaginaria entretejida en lo tecnológico. Las tribus aborígenes australianas en el siglo XVIII Y XIX utilizaban una herramientas denominada churinga, para representar aquellas historias, mitos y leyendas que eran transmitidos por los mayores a los más jóvenes, y forman el corazon de la cultura. Entonces otra dimensión a tener en cuenta es cuáles son esos símbolos o esas historias asociadas a las herramientas con las que forjamos lo que está por venir.   

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